Ladrillerías Mallorquinas ocupa 150.000 metros cuadrados de terreno en la entrada de Felanitx por la carretera de Petra; 32.000 de éstos albergan las naves de la fábrica y en su interior la tradición más pura y la tecnología punta se dan la mano.
Lo último que la empresa ha introducido ha sido la fabricación de bloques de termoarcilla que, si bien ya existía en el mercado, Ladrillerías Mallorquinas ha sido la pionera en fabricar este material a gran escala con una producción de 300 toneladas diarias y que puede doblarse en caso de que haya una punta de mercado. Para ello, la empresa ha construido una nueva planta dotada de tecnología punta que ha supuesto una de las inversiones más importantes para el sector de la construcción de la Isla.
Toda la maquinaria de la nueva nave está totalmente automatizada. Dispone de máquinas de preparación de tierras, secadero y un horno túnel de 150 metros de longitud. La fábrica cuenta además con un cogenerador que produce electricidad para el abastecimiento de la empresa. El excedente de energía es vendido a GESA y el calor residual es reutilizado para el proceso de secado. La termoarcilla está compuesta por una mezcla de arcilla de baja densidad con agua y un aligerante que porifica la masa cerámica con pequeñas esferas de aire. La ventaja de la termoarcilla sobre otros productos es su rápida y fácil colocación, el aislamiento tanto al frío como al calor, la impermeabilidad y su alta longevidad.
El gerente de la empresa, Bernat Castor, comenta que se trata de un material imperecedero, ya que la cerámica subsiste durante miles de años sin desintegrarse. Además, el bloque de termoarcilla es un producto económico ya que el elevado volumen de producción que le ha dado Ladrillerías Mallorquinas con la construcción de la nueva planta, ha abaratado el producto y en un año y medio su precio ha descendido un 100 por cien.