Heribert Barrera llegó al salón de actos de la Casa de Cultura de Felanitx y, aunque su función se centraba en recordar la figura de Lluís Companys, presidente «mártir» de Catalunya, dedicó sus primeras palabras a «una persona que, como Companys, ha sido víctima de la intolerancia». «Estoy hablando de Ernest Lluch, en cuya memoria pido que hagamos un minuto de silencio».
Barrera es actualmente el presidente honorífico de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), partido por el cual desde 1977 hasta 1979 fue diputado en las Cortes de Madrid, donde pronunció el primer discurso en catalán después de 40 años de represión. Presidente del Parlament de Catalunya de 1980 a 1984, posteriormente fue elegido parlamentario europeo. Desde los primeros años de su vida política se ha dedicado a la lucha por y para Catalunya y se encargó de la reorganización de ERC en la clandestinidad durante la dictadura franquista.
Licenciado en Química y Matemáticas, Barrera ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la figura de Lluís Companys al que conoció desde muy pequeño: «Companys fue gran amigo de mi padre, que fue conseller de la Generalitat cuando él era president; por esta razón, además de por la política, su vida está muy ligada a la mía en muchos aspectos». Barrera dice que Companys llevó siempre Catalunya en el corazón: «Murió con la vista puesta sobre su tierra, sobre su país, ya que no quiso llevar los ojos vendados en el momento en que fue fusilado».
Sobre la situación política actual, afirma: «Al igual que yo mismo, Companys se sentiría decepcionado al ver cómo la figura del actual jefe de Estado, el Rey, fue una imposición de Franco. No se ha vuelto a la situación política anterior a la dictadura, que era una república totalmente legítima, cosa que supongo, no volveré a ver. De todas formas, confío en que los jóvenes de hoy sepan encontrar la solución al centenario problema del encaje de Catalunya en el Estado español».