Más de 2.000 personas procedentes de once municipios peregrinaron ayer hasta el santuario de Lluc para celebrar el 700 aniversario de sus pueblos. Esta diada, a la que acudió el conseller de Presidència, Antoni Garcias, empezó a las 10 de la mañana con la música de una banda de xeremiers que amenizaron la espera de los que llegaron primero al monasterio.
Vecinos y representantes municipales de Binissalem, Sant Joan, Montuïri, Capdepera, sa Pobla, Santanyí, Llucmajor, Petra, Porreres, Campos y Felanitx se calzaron sus zapatos más cómodos para recorrer muchos kilómetros hasta llegar a Lluc. Aunque los menos deportistas utilizaron el automóvil o varios autocares que se habían dispuesto para la ocasión.
Cerca de las once de la mañana, en el Centre d'Acolliment, se celebró una solemne misa oficiada por el prior de Lluc y concelebrada por los diferentes párrocos de los municipios que celebraban el 700 aniversario. Durante el acto el alcalde más joven, Joan Sastre (Porreres), y el de más edad, Miquel Riera (Felanitx), realizaron la ofrenda floral.
Los alcaldes de los once municipios hicieron entrega al santuario de Lluc de un pergamino donde se narra el motivo de la celebración de esta diada y en el que aparecen los escudos de cada pueblo.
Tras la misa, la historiadora Maria Barceló dedicó una conferencia a todos los asistentes sobre el sentido y los acontecimientos que se estaban celebrando. Barceló dijo cumplir 700 años para un municipio significa tener tras de sí una serie de acontecimientos que, en este caso, son la génesis de una identidad.
Los organizadores del evento, tras el discurso de Barceló, entregaron a los once alcaldes una reproducción del pergamino que se ha elaborado para recordar la celebración de esta diada. También se dio una copia al conseller Antoni Garcias que acudía en representación del Govern balear.