Las reivindicaciones para que los terrenos de la base militar del Port de Pollença regresen al pueblo han vuelto a reavivarse y tomarán muy pronto forma oficial. Los grupos municipales del PSM y UM, socios dentro del equipo de gobierno de Pollença junto con el PSOE, propondrán en el próximo pleno que el Ajuntament inicie los trámites administrativos para reclamar al Ministerio de Defensa la devolución de este espacio.
Esta demanda ya estaba contemplada en el programa electoral de los nacionalistas. La puesta en funcionamiento de una desaladora en el interior de la base, sin ningún tipo de permiso, ha sido la gota que ha colmado la paciencia de los ediles nacionalistas. De hecho, en una reciente inspección los técnicos municipales encontraron la planta desaladora funcionando a pleno rendimiento y con una capacidad de filtración de agua de 120 toneladas diarias.
El concejal de Medio Ambiente, Gabriel Cerdà (PSM), considera que los militares no se han portado demasiado bien con el Ajuntament. En este sentido, ha recordado la existencia de un expediente urbanístico abierto desde hace más de dos años por haber realizado obras en la base sin al pertinente licencia municipal. Tanto desde el PSM como desde UM entienden que ha desaparecido totalmente el uso militar de la zona, que se ha convertido en un complejo de veraneo que aprovechan las familias de los oficiales de todo el Estado español.
La alcaldesa, Francisca Ramón (PSOE), no tenía ayer constancia de la intención de sus socios de gobierno pero asegura que se ha de intentar conseguir el uso público de la base militar aunque cree que es una misión bastante difícil.