Vecinos de es Barcarès, en el término de Alcúdia, han denunciado el proyecto de derribo del Molí de Sang con motivo de las obras de construcción de seis viviendas. De hecho, el Ajuntament paralizó ayer estas obras hasta confirmar si la construcción tiene algún valor.
Según las pesquisas de los vecinos, el edificio puede tener una antigüedad de unos 200 o 300 años. Además, en su interior han encontrado una cisterna y un horno de origen musulmán semiderruido. Estas características hacen pensar a los vecinos que se trata de una pieza única en el municipio y que valdría la pena conservarla.
Los afectados ya han recogido 74 firmas de gente que vive en es Barcarès, que se han presentado ante el Consell de Mallorca y el Ajuntament d'Alcúdia. ARCA y la Associació Amics del Molins se han adherido a las quejas vecinales. Además, solicitarán a la Comissió de Patrimoni del CIM que evalúe el posible valor del edificio. Ambas entidades aseguran que tienen fotografías antiguas y testimonios de personas que han trabajado y vivido en el molino.
El alcalde, Miquel Ferrer, se personó ayer en el lugar y mandó parar las obras de la futura urbanización. «Hemos ordenado a la constructora que cese su actividad, pero no porque se pueda derruir un posible Molí de Sang sino porque está construyendo durante la época estival, cosa que la normativa vigente no permite», dice Ferrer. Por el momento, según la ordenanza no se puede construir hasta el mes de octubre. El alcalde afirma que durante este parón de las obras, Patrimoni hará un informe sobre el edificio en cuestión: «Si se debe proteger, se tomarán las medidas necesarias».