La confrontación entre los sacerdotes Jaume Santandreu y Tomàs Riera instantes antes de la celebración del funeral en la iglesia parroquial de Nostra Senyora dels Dolors de Manacor, y que comportó la huida de Santandreu, ha creado una gran polémica en el municipio manacorí. Riera afirma que increpó a Santandreu porque «las declaraciones que había hecho en televisión y que decían que las mujeres deberían tener dos agujeros "'uno para follar y otro para tener hijos'" no son dignas de ningún ser humano».
Riera empezó a gritar en la sacristía mientras los asistentes al funeral esperaban que empezara el oficio. Santandreu salió llorando y pidiendo perdón por no poder celebrar la eucaristía. «No le insulté sólo le advertí, decidí hacer el funeral porque no había hecho nada malo y, por lo tanto, tenía la consciencia muy tranquila» "explicó Riera. Cuando se le preguntó al sacerdote Riera si había tenido anteriormente alguna disputa con Santandreu, éste afirmó que «a Santandreu siempre le ha gustado llamar la atención, ahora hacía tiempo que no provocaba ninguna polémica y por eso organizó este show».
En referencia a las lágrimas, el sacerdote Riera dice que «se que ve que no pasa por un buen momento de ánimo». Riera concluye que «el Obispado continuamente advierte a Santandreu, pero no toma medidas drásticas porque no quiere ponerse a su altura». Por otra parte, el vicario Andreu Genovart afirma que «los sacerdotes son humanos y pueden discutir, pero no en según qué ámbitos». También añade: «Esperaremos que la situación se calme y luego hablaremos con los dos».