El Ajuntament d'Inca pretende unir el centro de la ciudad con la estación del ferrocarril a través de un paseo semipeatonalizado. Esta obra está incluida dentro del Pla Mirall. Este proyecto contempla continuar con los adoquines que hay en la calle Major, a lo largo de la calle Bisbe Llompart hasta la estación. Además se prevé suprimir las aceras, poniéndolas al mismo nivel que el asfalto. Unos pivotes separarán a los peatones del tránsito rodado y se continuarán con los árboles que hay en el centro de la ciudad.
Esta obra supondrá que se supriman un pequeño número de aparcamientos, según el regidor de Urbanisme, Bartolomé Seguí. Además, el edil asegura que se mantendrá el asfalto de las calles para evitar el ruido del tránsito. Paralelamente a este proyecto y siguiendo con la filosofía de semipeatonalizar calles, el Ajuntament unirá la plaza de la Llibertat, plaza de sa Quartera y la plaza de Antoni Fluxà. La obra contempla reducir la zona de tránsito rodado y aumentar la zona verde. En la plaza de Antoni Fluxà, la mitad de ella será espació excluido del tráfico, lo que obligará a mover de sitio la estatua que hay en el centro del lugar.
Por otra parte, Seguí asegura que «dentro de todas la obras, que empezarán después del verano, el Consistorio ha hecho un gran esfuerzo en materia de medio ambiente». Se instalará de forma experimental un sistema para la ocultación de los residuos que costará unos 40 millones de pesetas. Con este nuevo sistema, los particulares echan los residuos por una especie de cilindro y quedan depositados en unos contenedores. Para recogerlos, se accionará un mando a distancia y subirán a la superficie los depósitos. De esta manera, se evita el impacto visual y los olores de los desperdicios.