Los hoteleros de Canyamel, en la zona costera de Capdepera, han expresado su indignación a causa de las molestias que ocasiona la construcción de una estación impulsora que realiza el Institut Balear de Sanejament (Ibasan). «Nos está arruinando la temporada turística a causa de los males olores y los ruidos que ocasionan las obras», ha explicado el propietario del hotel Castell Royal, Joan Massanet.
La estación impulsora se está construyendo en la plaza de Canyamel, que se encuentra prácticamente en la primera línea de la costa, por lo que el impacto es muy grande. Massanet ha explicado que a causa de las reclamaciones realizadas por los turistas a los mayoristas una vez que han regresado a sus países de origen, «se ha tenido que pagar ya 600.000 pesetas, si esto continua así, a final de temporada las pérdidas pueden ser multimillonarias», dijo Massanet. «Lo peor de todo, sin embargo, será que esta zona costera de Capdepera habrá perdido todo el crédito y la reputación adquirida durante muchos años porque los clientes que habitualmente venían ya ni volverán y los que han llegado por primera vez tampoco», agregó.
Desde la empresa constructora han explicado que se trata de unas obras de urgencia puesto que la antigua estación impulsora de Canyamel dejará de funcionar en cualquier momento.