Los concejales del Consistorio de Son Servera tuvieron que salir del salón de plenos escoltados por la Policía Local y la Guardia Civil, entre empujones, pitos, gritos e insultos de una muchedumbre encrespada que previamente había impedido que los representantes democráticos del pueblo pudieran llevar a cabo la sesión plenaria extraordinaria solicitada por el PP para debatir el posicionamiento del Ajuntament sobre el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la península de Artà, el estudio previo a una hipotética declaración de un parque natural para las montañas de Artà.
El alcalde, Eduard Servera (PSOE), había convocado a la Corporación a las 13.00 horas de ayer, pero media hora antes del inicio de la sesión ya se respiraba un ambiente de tensión y crispación mientras los vecinos iban llenando la sala de plenos. A las 13.00 horas, unas cien personas llenaban la sala, mientras que en las inmediaciones de la Casa Consistorial se concentraba la gente. Entre los vecinos destacaba una nutrida representación de jóvenes, algunos vestidos con camisetas que llevaban el lema lema «Ni Park, ni Porn».
El batle hizo un amago para iniciar la sesión plenaria e intentó explicar que se iba a debatir una propuesta presentada por el grupo municipal popular. La respuesta del público fueron gritos contra el equipo de gobierno PSOE-PSM. Mientras alguien gritaba «no se te puede escuchar», otros empezaron a corear «dimisión, dimisión», «Eduardo, cabrón, presenta la dimisión», «cobardes», o «hijos de puta». Ante este panorama, el alcalde decidió no continuar hablando hasta que no acudiera a la sala una mayor dotación policial. El ambiente de crispación continuó creciendo hasta que alrededor de las 13.45 horas llegaron refuerzos de la Guardia Civil. Un representante de la Benemérita intentó dialogar con el público. «Sé que lo que diré no les gustará, pero tienen que empezar a salir de la sala poco a poco», manifestó el agente. La intervención del Guardia Civil fue contestada por los vecinos concentrados en la sala de plenos y ante la Casa Consistorial con gritos desafiantes: «No vamos a salir», «de aquí no sale nadie», «Eduard ets un cagat», «No no mos mourem» y «Eduardo dimite, el pueblo no te admite», entre otros.