El popular Joan Flaquer, encargado de defender la creación de comisión de investigación en el Parlament, criticó duramente «el oscurantismo de la operación de compra de Aubarca y es Verger». Argumentó que el Govern no tenía ningún motivo para realizar la compra directa de las fincas, «pero más grave es el precio pagado». Flaquer expuso que el Ejecutivo sabía que había habido una opción de compra por 900 millones de pesetas y pagó 1.200. «Pero, además, un estudio de una empresa especializada en tasación ponía de manifiesto que el planeamiento de estas fincas estaba en fase de revisión y que su valor aún se reduciría en un 40% al ser protegida. El sobrecoste que pagó no fue de 300 millones sino de 400 ó 500, que no sabemos dónde están». «No se trata de 'una cosilla' como dijo Crespí, sino de un verdadero escándalo», agregó.
Flaquer no encontró ningún apoyo a su propuesta, sino todo lo contrario. «¡Cómo cambian las cosas! Durante el tiempo que gobernó el PP hasta 15 veces solicitamos que se crearan comisiones de investigaciones y el grupo conservador votó en contra», indicó Miquel Ramon, de EU-Els Verds. «La comisión no está justificada porque las fincas se compraron al mejor precio posible. Aún así votaríamos a favor si el PP acepta que se investigue también la compra del inmueble de la Conselleria d'Agricultura». Bosco Gomila (PSM) también consideró innecesaria una investigación: «El PP ha pagado por suelo rústico protegido hasta 300 pesetas el m2 y el Govern, 100».
Especialmente crítica e incisiva se mostró la socialista Francina Armengol, quien recordó al grupo popular un rosario de casos en que los partidos progresistas habían solicitado comisiones de investigación que el PP desestimó, desde Bon Sosec a Isba, pasando por el túnel de Sóller, Brokerval o la compra de la Conselleria d'Agricultura. «Cree el ladrón que todos son de su condición» dijo. «La empresa alemana no compró Aubarca y es Verger por falta de liquidez. Se puso en contacto con el Govern para poder pedir un préstamo».