Los comerciantes y el equipo de gobierno socialista de Calvià iniciaron ayer un proceso de consenso en relación a la normativa municipal que obliga a los comercios a tener una superficie mínima y disponer de una plaza de aparcamiento. La primera reunión celebrada por ambas partes después del cierre patronal realizado el pasado Jueves Santo, la primera en la que ha intervenido la alcaldesa, Margarita Nájera, que hasta ahora había permanecido al margen, fue calificada de «totalmente positiva» por parte del portavoz de los comerciantes, Luis Marín, y el concejal del área de Comercio, Antoni Garcia Moles.
La reunión de ayer no concluyó con acuerdos firmes pero sí con el compromiso de seguir consensuando los aspectos más conflictivos. El próximo martes tendrá lugar una nueva sesión de trabajo.
En lo que concierne a los locales de menos de 40 m2, Ajuntament y comerciantes coinciden en que determinados comercios (joyerías, papelerías, etc.) son viables desde el punto de vista cualitativo en esos espacios. Hasta ahora, la normativa municipal sólo permitía traspasar locales de esas dimensiones si se mantenía la actividad o se traspasaba para desempeñar un servicio. Asimismo, se ha alcanzado el compromiso de permitir actividades afines en lugar de la obligatoriedad de una única actividad.