Las cuentas municipales del Ajuntament de Santa Margalida para el presente ejercicio fueron aprobadas el miércoles después de que todos los miembros de la oposición se marcharan indignados porque no se les respondió a ninguna de las preguntas planteadas. El concejal de Hacienda, Miquel Roig (PP), y el de Urbanismo, Félix Estelrich (CPU), mantuvieron una discusión sobre quién debía responder a las preguntas formuladas por la oposición. A raíz de la disputa, Miquel Cifre (PSOE) cuestionó la solidez del pacto de gobierno local.
La oposición no entiende cómo el equipo de gobierno ha presupuestado 60 millones para cubrir unas plazas de personal «que ya están cubiertas sin mediar ningún concurso». El PSOE también denunció que los presupuestos «no prevén ningún ingreso por la venta de agua de los pozos municipales». Cifre dijo no comprender «cómo el Ajuntament paga el mantenimiento de la bomba de evacuación de aguas residuales cuando es misión de la empresa concesionaria».
Jaume Ribot, portavoz de UM, aseguró que «es una vergüenza que se abran partidas de 1.000 pesetas cuando lo único que se hace es no reflejar el gasto real con la consecuente subida de la deuda municipal». El grupo municipal de UM se negó a votar unas cuentas «porque no se entienden».
A la hora de la votación de los presupuestos, Joan Monjo (UM) abandonó la sala. Detrás de él se fueron su compañero de grupo, Jaume Ribot, y todo el grupo socialista.