La construcción del Camí de Ses Veles comenzó en 1992 con la intención de ser realizado en tres fases. Graves errores de planificación han encarecido el proyecto. Para el concejal de Urbanismo, el socialista Sebastià Bauzà, «el hecho de que se haya presentado cada vez un proyecto distinto por fases y no un proyecto completo ha encarecido el proyecto final». Entre los diversos errores detectados se encuentran, por ejemplo, el hecho de que en ninguna de las fases se hubiera previsto la conexión a las parcelas colindantes de las aguas pluviales, fecales y potable, por lo que se han tenido que abrir nuevas zanjas.
Así, los enganches a la red deberán ser pagadas ahora por los vecinos a razón de 90.000 pesetas por domicilio o parcela. Tampoco existe conexión con la red eléctrica. Otra de las deficiencias detectadas es no haber contemplado la eliminación de dos torres de media tensión, de modo que una de ellas se encuentra de lleno sobre el pavimento asfáltico, con el consiguiente peligro para los vehículos que por allí transitan.
Una nueva anomalía es el hecho de prever la conexión del cableado eléctrico con el transformador que se ha construido junto al punto verde, mediante un convenio firmado en julio de 1998 y que caducaba en febrero de 1999. El anterior alcalde se comprometió a abonar a GESA 1'6 millones por esta actuación, pero esta cantidad no figuraba en los presupuestos municipales de 1999 y el actual equipo de gobierno ha debido subsanar esta falta.