Contrariamente a la tendencia conservadora e inmovilista de la cultura decimonónica mallorquina, en la que las innovaciones artísticas no cuajaban debido a una sociedad culturalmente débil y arcaica, Algaida experimentó durante el periodo de 1800 hasta el 1936 una gran demanda edificatoria de talante ecléctico y modernista.
En este sentido, Can Llaneres, Ca na Bauçana, Ca na Munara, la conocida bodega de Cas Majorals, Can Borràs, Can Dalabau, Can Mulet, la rectoría o el proyecto de Pere d'Alcàntara Penya representan un conjunto de casas señoriales que se edificaron a finales del siglo XIX y principios del XX, producto de una explosión en la demanda edilicia de algunos comitentes de elevadas esferas sociales que veían en la buena arquitectura un símbolo de poder.
La elaboración minuciosa de un catálogo de este conjunto de inmuebles es el objetivo principal de la historiadora de Arte Catalina Fullana, que el pasado mes de enero obtuvo una beca de investigación otorgada por el Ajuntament d'Algaida. La estudiante algaidina, de 22 años, dispone de 150.000 pesetas para elaborar un inventario que incluirá una ficha tipo de cada una de las construcciones, en la que se detallarán algunos aspectos como las sucesivas reformas que han sufrido tales edificios.
Los mecenas de algunas obras fueron los que introdujeron la moda del modernismo inspirado en el Art Nouveau francés. El interior de Ca na Bauçana es un vivo ejemplo del gusto modernista de su propietario, el cura Guillem Puigserver, que estuvo en contacto con el arquitecto catalán Antoni Gaudí.