Consell tiene desde ayer 29 nuevos árboles en sus calles después de que los familiares de los niños nacidos en la localidad el pasado año plantaran un árbol en honor de cada uno de los pequeños. Esta tradición, que se celebra el primer sábado de marzo desde hace siete años, ha conseguido repoblar toda el área urbana de Consell. «Ya casi no nos quedan calles en las que plantar», explicaba ayer la edil de Medio Ambiente, Olga Pericàs.
Los 29 ejemplares plantados este año se sembraron en las calle Bon Jesús y Yarfà, en la periferia del pueblo. Al lugar acudió el alcalde, Joan Bibiloni, acompañado de algunos de los concejales. Asistieron además padres, primos, tíos y abuelos y no menos curiosos con alguna u otra relación con los 29 pequeños. La tradición marca que cada niño tendrá un árbol, cumpliendo así el dicho de que no se ha hecho todo en la vida hasta haber plantado uno. No es necesario haber nacido en la localidad, pero sí vivir por uno u otro motivo en ella.