El cementerio viejo de Binissalem será convertido en un museo
lapidario, según explicó ayer el concejal, Joan Lladó.
Lladó visitó el lugar acompañado del arqueólogo Josep Merino y los
maestros de la escuela taller depicapedrers que trabaja en el
pueblo, Felipe Lladó y Joan Josep Pascual. Los tres técnicos debían
valorar sobre el terreno las posibilidades para recuperar el
recinto y convertirlo en un parque público y museo lapidario. La
restauración de la ermita será la actuación más urgente.
PP, PSM y PSOE presentarán en el próximo pleno una moción conjunta para declarar el cementerio viejo «bien patrimonial de interés preferente», lo que marcará su prioridad ante cualquier intervención patrimonial que se haga en el pueblo.
Hace años que el PSM reivindicaba la recuperación de el viejo cementerio, que data de 1822. En él están enterrados varios hijos ilustres y buena parte de los habitantes de la localidad tienen familiares en el recinto. No obstante, el cementerio permanece cerrado desde el año 1958 por representar un grave peligro para los visitantes.