La finca experimental de sa Canova (sa Pobla) ha obtenido los primeros resultados de la experiencia de cultivo del olivo, iniciado hace cinco años, destinado a aumentar la producción y la calidad del aceite.
En 1994 se efectuó una plantación de olivo, de la variedad arbequino, en una superficie de una hectárea, fuera de lo que es el terreno habitual de plantación, la Serra de Tramuntana, con el fin de facilitar la mecanización en todas las labores y sobre todo en la recolección, que es la más costosa.
Cuatro años después, el director del centro experimental, Pedro Miralles, califica los resultados de «espectaculares». En 1996 cada árbol producía 10 kilos de oliva, que aumentaron a 17'5 kilos en 1997 y hasta los 27'8 en 1998. Además, se ha conseguido reducir la acidez de 1'9 grados en 1996 hasta los 0'7 grados de 1998. El rendimiento graso, es decir, los litros de aceite obtenidos por kilo de oliva, también ha aumentado desde 1996, cuando de obtuvieron 17'9 litros, que han pasado a los 21'07 de 1998.
Pedro Miralles explica que estos resultados se han obtenido gracias a la aplicación del sistema de fertirrigación, que consiste en utilizar el sistema de riego por goteo pero que además todos los abonos van disueltos en el agua, con bajas concentraciones y una alta frecuencia. La finalidad es ahorrar agua y conseguir una producción rentable y de la máxima calidad.