La población magrebí censada en Inca en los dos últimos años ha pasado de 0 a 400 personas, a las que hay que añadir alrededor de 200 personas que, según las estadísticas, viven en el municipio de forma irregular y sin documentos. Estos datos han sido recogidos por Esquerra Unida de Inca, y su portavoz, David Abril, explicó ayer que «este crecimiento se debe en parte a la falta de viviendas en sa Pobla, donde el sector agrícola proporcionó en su día empleo a los inmigrantes magrebíes y, por otra parte, al desvío de mano de obra hacia el sector de la construcción».
El crecimiento de la población magrebí en Inca está creando problemas de integración social, siendo uno de los problemas más evidentes el de la escolarización, ya que hay un centenar de niños magrebíes.
Este hecho, no sólo ha sido denunciado por EU, sino que también han sido reconocido por el alcalde de Inca, Pere Rotger, quien indicó ayer a Ultima Hora que a principios de curso, ya se puso en conocimiento de la Conselleria d'Educació, mediante un escrito, los problemas que se registraban en algunos centros escolares debido a los niños magrebíes escolarizados «ya que al no conocer el idioma tenían problemas de integración cultural y de comunicación, difíciles de solventar».
La asistencia sanitaria y la integración cultural de la
mujer
El derecho de la asistencia sanitaria es también un problema para
los inmigrantes magrebíes, ya que durante los seis meses de espera
para la obtención de la documentación la familias magrebíes no
tienen derecho a asistencia sanitaria pública. La integración
cultural de la mujer es igualmente difícil, ya que están
prácticamente recluidas en sus hogares y sólo salen a la calle
acompañadas de sus maridos o sus hermanos. Esta cultura impide que
las mujeres puedan asistir a los centros de adultos en donde dos
profesores imparten clases de alfabetización.