GESA estudiará la posibilidad de soterrar la línea de alta tensión de 15 kilómetros que debe unir las subestaciones de Portocolom y Santanyí. La causa que ha forzado a la compañía a eléctrica a plantear esta opción es la crispación vecinal que se vive en Cala d'Or, s'Horta, Alqueria Blanca, Calonge y Santanyí por el tendido, que quedó de manifiesto en la mesa redonda celebrada el jueves en el Centre Cultural de Cala d'Or.
Francesc Quetglas, presidente de la Comissió Insular d'Urbanisme, dijo que no hay constancia de la declaración de utilidad pública de esta red en los archivos del Consell, que se remontan a 1990. «Que el Govern pague la diferencia del soterramiento de la red del dinero del impuesto ecológico», dijo Quetglas.
Al debate también asistió Alejandro Úbeda, biofísico del hospital Ramón y Cajal; Ernesto Bonnín, subdirector de GESA, y los alcaldes de Santanyí y Felanitx, Cosme Adrover, y Miquel Riera, moderados por Jesús Núñez, presidente de los vecinos. Al acto asistieron más de 150 personas que atacaron con dureza al representante de GESA porque hay informes que apuntan que estas líneas pueden provocar cáncer. Bonnín indicó que enterrar la línea, que es necesaria para la zona, cuesta 600 millones y aérea 100 millones. Un grupo se levantó y pidió a GESA que recapacite y Bonnín se comprometió a estudiar la petición.
Cruce dialéctico entre Núñez y Adrover
Además del enfrentamiento con GESA, el alcalde de Santanyí, Cosme
Adrover, y el presidente vecinal de Cala d'Or, Jesús Núñez, se
enzarzaron en una pugna dialéctica. Núñez y Adrover mantienen un
enfrentamiento de hace años y ayer quedó demostrado cuando el
primero dijo: «Hoy ha quedado claro que el alcalde no tiene muchas
simpatías hacia mí». El batle le acusó de autoproclamarse
moderador, cuando fue Miquel Galmés quien inició la movilización
por la red.
Ya en la entrada, Núñez dio las buenas noches a los alcaldes, replicándole Adrover: «No me hables porque luego por detrás me quitas la piel».