Con cerca de un siglo de historia y nacida como urbanización residencial en el ensanche de Palma, lindando con la Vía de Cintura en uno de sus extremos, la barriada del Amanecer ofrece una imagen de espacio tranquilo, calmado, en el que el vecindario se conoce de toda la vida. Interminables calles pobladas por plantas bajas y alguna edificación de escasa altura lindan con zonas de nueva edificación y construcción, como Son Ferragut, donde se encuentra una de las instalaciones de referencia de la zona, el pabellón polideportivo que tantos años esperaron los vecinos a tener operativo y disponible.
Ese crecimiento demográfico que rodea al Amanecer no va acompañado por la presencia y dotación de servicios, que sí están presentes en barrios anexos, como Camp Redó, Cas Capiscol o Son Oliva. Pero un asunto que preocupa a los vecinos de la zona del Amanecer es la inseguridad, reforzada por un hecho que ha elevado esa tensión en una barriada en la que muchos de ellos han reforzado sus medidas preventivas.

La presencia próxima, apenas cruzando la calle, del antiguo centro penitenciario, pero de manera especial la actitud de parte de los habitantes de la misma, a los que se puede ver circulando por las calles de la zona, es un motivo de inquietud para muchos residentes de toda la vida, que han visto también emerger otro fenómeno en la zona y sus proximidades como el del caravanismo.
Presencia
Las líneas 11 y 12 de la EMT conectan el barrio con el centro de Palma y con centros educativos como el IES Son Pacs, estando presente el dispositivo de limpieza de Emaya en una zona en la que, pese a ello, el parque ubicado junto al Conservatorio de Música se ha convertido en vertedero de envases que depositan personas sintecho que allí habitan e incluso algunos que, señalan los vecinos, proceden también de la antigua cárcel. El estado de abandono de la zona ajardinada también llama la atención de los residentes, que pierden un espacio que disfrutar en uno de los extremos de la barriada del Amanecer.
Esa queja de trasladó también en referencia al tramo cercano a la autovía, donde también se amontonaban residuos sin control alguno. Las calles San Francisco de Sales, Alfons El Mangànim o la citada Vía de Cintura ejercen de límites del Amanecer, que no se libra de otras problemáticas compartidas con otras barriadas de la capital mallorquina.
La sombra de la okupación
La presencia de algunas viviendas deshabitadas supone un gancho importante para los okupas -señalando de nuevo a los residentes en la cárcel-, llevando a los propietarios a blindarlas y tomar medidas preventivas dentro de ese barrio en el que su plaza sigue siendo un punto de encuentro para los residentes de toda la vida, que mantienen intacta, pese al relevo generacional, la esencia de ese espacio singular dentro del mapa de Palma, por su configuración que rompe con los esquemas de otros barrios formados por altas y grandes edificaciones. Esa esencia hace más particular al Amanecer.
Lo importante es palestina libre y esas cosas racistas! Despues si queda algo de dinero solucionaremos lo nuestro..