Su segregación de la parroquia de Santa Eulàlia, hace más de 700 años, permitió dar forma a lo que es hoy el barrio de Sant Nicolau, con epicentro en la iglesia y la calle que comparten denominación y definen un espacio céntrico de Palma, con un enorme valor patrimonial, cultural, artístico, pero también turístico. Y ahí radica buena parte del sentir del colectivo vecinal, en el que la presencia de miles de turistas en muchos días de la temporada alta causan preocupación y malestar a la par, unidos a la ocupación de los espacios públicos por parte de terrazas y demás locales de ocio, sin dejar de lado actos de incivismo -pintadas, grafitis, ruidos...- que se reproducen en varios lugares de la extensa barriada, en la que el control del alquiler vacacional se erige en otra de las reivindicaciones de los residentes, unida a un fenómeno como el de la okupación, que temen por el abandono de algunas viviendas en zonas poco transitadas.
La masificación que sufren en días especialmente de verano o con la llegada de cruceristas que pueblan sus calles o las plazas en las que se ubican las terrazas es un tema capital para el grueso de los colectivos vecinales del casco antiguo. En este último campo, la presencia importante y el espacio que abarcan supone una reivindicación, al restar metros a la ciudadanía.
Potencial
Sant Nicolau abarca una notable zona comercial y patrimonial del centro de Palma. Establecimientos emblemáticos (La Pajarita, La Industrial...) forman parte del paisaje, por ejemplo en la calle Sant Nicolau, donde estos negocios se entremezclan con los nuevos perfiles, muchos de ellos adaptados a esos visitantes o residentes de nuevo cuño que aterrizan allí y que cambian el paisaje tradicional. Todo, acompañado de una revaloración y aumento del precio de la vivienda, que aleja a los posibles compradores locales.
La movilidad resulta compleja, aunque las limitaciones de circulación sirven de método disuasorio, siendo la línea del centro de Palma de la EMT una buena alternativa, aunque en Plaça de la Reina, Plaça Weyler, del Mercat o Joan Carles I se pueden tomar otras que conducen a diferentes puntos de la ciudad. Emaya se deja ver de manera activa al ser una zona turística, aunque resulta complicado frenar los actos de vandalismo denunciados, llevando a cabo la recogida selectiva móvil en unos horarios señalados.
La Plaça del Mercat, Weyler, Joan Carles I, las sedes de Correos o la Delegación del Gobierno, el Tribunal Superior de Justicia y el Banco de España, la iglesia de Sant Nicolau o edificios que plasman la huella modernista en Palma, como el Gran Hotel a Can Casasayas, y bares emblemáticos como el Savoy en calles que van más allá de Sant Nicolau, como Paraires o la Costa d’en Brossa son otros de los puntos neurálgicos de la barriada de Sant Nicolau, que echa de menos servicios para las familias como parques infantiles por su céntrica ubicación, y en la que el fenómeno de la gentrificación se nota aunque de una manera más discreta que en otras barriadas con idénticas problemáticas o necesidades.
Hem d'agafar el control de les infraestructures bàsiques per aturar la massificació. Ports i aeroports al servei dels residents, no dels esppeculadors que només volen fer doblers fàcils a costa de la qualitat de vida dels residents