«Se burlan de nosotros, nos provocan. Ponen la música alta y si no nos quejamos, suben en volumen. Y no les digas nada, que luego te insultan», aseguran vecinos próximos a la escoleta okupada de la barriada palmesana de Son Oliva. Un escenario que ha vuelto a la primera línea de la actualidad tras el incendio de una moto que afectó al edificio anexo. Y lo ha hecho para acelerar los ánimos de los residentes, cansados de la actitud de los, ahora, dos asaltantes del edificio que en su día acogió a los niños y niñas de esa barriada obrera de la periferia de Palma.
«Esto es insoportable. Están despiertos hasta la madrugada y hacen ruido. Y ahora han metido un perro y todo», aseguran algunos de los vecinos, que no pueden esconder de nuevo su preocupación por la permanente sensación de «inseguridad» que esa presencia genera en un edificio que presenta deficiencias estructurales. Aseguran que tienen «malas formas» y ya no saben qué hacer, porque en ocasiones se ha requerido la presencia de la Policía Local y Nacional, sin poder hacer nada al respecto.
Por ello, y ante el agravamiento de la situación después del incendio de una moto el pasado fin de semana, que muchos de los habitantes del barrio señalan que de alguna manera tiene relación con los okupas -aunque otros les exculpan y apuntan que participaron en las labores de extinción-, hacen un nuevo llamamiento al Ajuntament de Palma para que intervenga y les desaloje para erradicar una presencia y una problemática que es tema de conversación en el la barriada.
«Hay uno, el hombre -al parecer es una pareja la que reside actualmente-, que es muy maleducado», dice una de las vecinas, mientras otra explica que «si les recriminas algo, te responden con insultos y a gritos», apostillan. Y temen que algún día no pase nada en el edificio de la escoleta o que la tensión se traslade a las calles y participando terceras personas. «Hemos tenido un incendio y no ha explotado nada de milagro, pero quién sabe qué será lo próximo», avisan visiblemente preocupadas algunas de las vecinas de Son Oliva, cuya asociación de vecinos ha recogido el tema para trasladárselo a Cort una vez más.
Además, a modo anecdótico, señalan que los okupas han pintado y borrado el antiguo grafiti decorativo que indicaba que ese edificio era la escoleta de Son Oliva, con el fin tal vez de despistar y obviar el uso que tuvo ese edificio tiempo atrás.
PuyluransAdemás, puede que la ley sea estatal, pero bueno, a nivel ayuntamiento estas cosas podrían estar tapiadas, cerradas con buenas puertas o vigiladas para que no entren (enviar algún subalterno o celador y que vaya controlando). El ayuntamiento podría hacer algo (como hizo en el antiguo cuartel de autos, en ctra valldemossa, Palma), pero es más fácil echarle la culpa al gobierno central que intentar poner solución o, al menos, paliarlo.