Los vecinos de un espacio periférico de Can Pastilla ya no están preocupados. Están cansados de ver cómo un asentamiento de chabolas se ha adueñado y bloqueado un camino que, antes de su aparición, conectaba el Camí de la Torre Redona y la calle Norai. Una vía, ahora mismo, totalmente copada por los ocupantes de ese pequeño poblado, que se han atrincherado a ambos costados de la ruta, ahora inservible para los residentes.
«Nos han cortado el camino», lamenta un vecino, un residente mallorquín que asegura haber trasladado esta situación a Emaya, al Ajuntament de Palma e incluso al Seprona, sin respuesta. «A ver si hacen algo de una vez», añade molesto por una situación que llevan tiempo soportando y que genera, además, una inevitable sensación de inseguridad.
En un flanco, el que conecta con el Camí de la Torre Redona, se ha levantado un muro con maderas, somieres y lonas; en el otro costado, en la zona próxima a la calle Norai, aparece la puerta que da acceso al asentamiento, y en su exterior más somieres, una nevera y demás residuos. Dentro, se observan patinetes eléctricos, maletas, bicicletas y hasta un inodoro, dejando patente la presencia de personas sintecho que han ocupado el ancho de ese camino por el que los vecinos ya no pueden circular.
Esa incidencia, aseguran, se la han trasladado a las autoridades, esperando que se pueda intervenir en un hecho tan llamativo como novedoso. Un asentamiento instalado en un camino que hasta hace un tiempo podían usar los residentes y que ahora han hecho suyo los habitantes de este poblado, que aunque se instala en una zona de acceso directo al campo, linda con algunas viviendas cuyos ocupantes observan con inquietud un escenario poco agradable.