«El Ajuntament de Palma no nos quiere empadronar», lamenta Javier, uno de los caravanistas más activos del colectivo que reside en la zona de Son Güells, a las afueras de la ciudad, y que reclama poder ser «un ciudadano más porque pago mis impuestos y tengo mis derechos». Entre ellos, recalca que está el poder tener derecho a empadronarse, un trámite importante para poder evitar problemas en cuanto a la asignación de un centro de salud o educativo, entre otros trámites administrativos.
Asegura que «lo hemos pedido oficialmente al ayuntamiento», pero la respuesta ha sido negativa. En su caso, esta circunstancia le hace que, para acudir a unas revisiones médicas periódicas, tenga que moverse hasta la otra punta de Palma, concretamente a Sant Agustí. «Es ilógico tener que desplazarse a Son Espases teniendo un hospital como Son Llàtzer aquí al lado, o un centro de salud en el Nou Llevant», dejando claro el perjuicio que estos casos y otros más causan a algunos de sus compañeros en el asentamiento de Son Güells.
Y no esconde que, una vez solventado el asunto de la ordenanza cívica y la presencia y movilidad de las caravanas y autocaravanas en Palma, «el siguiente asunto será este, porque la ley dice que se nos debe empadronar», un asunto que condiciona el día a día de una importante cantidad de esas personas que, bien en Son Güells como en otros puntos de la capital mallorquina, residen en ese tipo de vehículos abocados por la compleja situación de la vivienda en la Isla. Y que se expanden a otras zonas, entre las que destacan Son Hugo o Ciutat Jardí, aunque el radio de acción crece de manera exponencial.
Tiene constancia de casos entre el colectivo en los que se ha conseguido empadronar en el espacio en el que se ubica la caravana o autocaravana por condicionantes personales y legales, pero en vista de la situación y el crecimiento de estos asentamientos, desea que «no nos dejen fuera, porque somos ciudadanos como cualquier otro, en unas circunstancias especiales, pero también somos palmesanos», espeta Javier, que promete pasar a la acción para que este segmento pueda registrarse de manera legal para optar a los servicios y ventajas que les corresponden, sin tener que atravesar toda Palma y hacer kilómetros innecesariamente.
Normal, porque no es una vivienda es un artilugio para ir de vacaciones a un camping, pagando cada día por la estancia.