La primera línea de la bahía de Palma está en plena efervescencia. Una gran transformación se están gestando y algunos de los proyectos empieza a ver la luz. Desde Gesa hasta Portopí, la franja más cercana al mar está viviendo momentos que supondrán un cambio que perdurará durante las próximas décadas.
Después de años de hibernación y problemas legales enquistados, por fin este lunes se zanjó la cuestión. El edificio de Gesa ya es de propiedad municipal tras la firma del contrato de compraventa del histórico inmueble así como de varios terrenos aledaños por valor de 30,5 millones de euros. «Es el embrión del Distrito de Innovación», advirtió el alcalde Jaime Martínez, que confirmó que el inmueble mantendrá su aspecto actual ya que es un edificio protegido. «Se cristaliza así una Fachada Marítima que ya es municipal, desde la Llotja hasta el Palau de Congressos», añadió el primer edil.
Se trata de un proyecto de casi 20.000 metros cuadrados y entre marzo y abril saldrán las bases del concurso arquitectónico. Las previsiones apuntan a que la licitación de las obras esté lista antes de final de año y a partir del año que viene empiecen las obras. El proyecto ganador convertirá el edificio de Gesa en un espacio multiusos.
¿Y qué habrá en su interior? Aunque a principios de legislatura el equipo de gobierno hablaba de convertirlo en un museo, la idea ha ido evolucionando y se convertirá en un inmueble multiusos. Será la sede del futuro Distrito de Innovación, que se presentó días atrás, por lo que será una incubadora de empresas y también la sede del Instituto Municipal de las Artes, que abarcarán «las artes escénicas, la pintura y la escultura, la literatura e incluso la gastronomía. Y además, el edificio cuenta con un auditorio y habrá plantas multifuncionales ligadas al distrito». Una de las estrellas del edificio será la gran biblioteca central de Palma, que además tendrá ludoteca y medioteca», señaló Martínez. También se prevé incluir una oficina de atención al ciudadano.
A punto de finalizar está la reforma del Passeig Marítim, cuya fecha límite es el 16 de abril, aunque se inaugurará oficialmente durante el mes de octubre, a la espera de finalizar los remates en los puentes y la plaza de Santo Domingo El día 18 de noviembre de 2022 se inició un proyecto de remodelación que cambiará 3,5 kilómetros de su recorrido. De hecho, los cambios ya son más que visibles. Este fin de semana se eliminaron los puentes de la Estación Marítima y del antiguo hotel Mediterráneo con el objetivo de conseguir más zonas peatonales.
La idea del proyecto es triplicar el número de árboles y duplicar el de palmeras. La superficie de los parterres pasará del 9,7 al 20 por ciento del total. La zona pasará de tener 321 árboles a 1.820 árboles nuevos, 512 palmeras, 69 ejemplares trasplantados y 20 especies nuevas. Está plantación masiva compensará la tala de alrededor de 300 árboles. En el proyecto se prevé integrar mobiliario accesible, áreas de juegos infantiles, contenedores, así como otros servicios e infraestructuras. El presupuesto es de 40 millones de euros.
Otro proyecto que está germinando es la reordenación del Puerto de Palma, ahora que el proyecto del Passeig Marítim está a punto de finalizar. La Autoritat Portuària de Palma (APB) está preparando un cambio de usos, que se centrará en el polígono de plásticos, que está frente a la Catedral, donde reparan los barcos y además se encuentra Astilleros de Mallorca. Esta parte industrial se pasará al Dique del Oeste. Los cruceros se concentrarán allí y en Pelaires, mientras que en la parte náutica-deportiva tampoco va a cambiar nada.
Con un presupuesto estimado de 200 millones de euros, el objetivo es conseguir la integración del puerto-ciudad. El traslado del polígono de plásticos a Portopí liberará un total de 160.000 metros cuadrados. ¿Qué habrá allí? Una escuela náutico-deportiva municipal para que los ciudadanos puedan practicar deportes relacionados con el mar: vela, piragüismo, remo... La escuela náutica de formación se trasladará del muelle de San Carlos hasta la zona del paseo Sagrera. Y además se instalará un museo marítimo experiencial. La lonja y la cofradía de pescadores se derribarán enteras para recuperarlas después con un nuevo edificio.
Y ya en la zona más próxima a Portopí, ya está casi listo el nuevo Club de Mar, que ha supuesto una inversión de 53 millones de euros. Antes acogía barcos de hasta 30 metros de eslora, ahora pueden alcanzar los 170 en los casos más exagerados, aunque lo más habitual son de 50. El cambio de su aspecto es radical. En la actualidad ya están levantados los edificios que configuran el nuevo club social. Y ahora el rasgo más característico será una cubierta verde y jardines verticales en el lado sur, que conseguirán rebajar de manera natural las temperaturas del interior de los inmuebles. El proyecto es del arquitecto César Jiménez, al frente del estudio Entresitio, que ha diseñado cuatro edificios en los que se repartirán tiendas, un restaurante, un club social y una discoteca, entre otros usos.
Para el restaurante se está barajando un gran nombre de la gastronomía pero aún no ha trascendido quien se hará con los fogones del Club de Mar. En la planta más alta habrá un lugar exclusivo para socios, un club social donde se celebren reuniones y eventos. Será el único sitio que no esté abierto a todo el mundo, como sí lo estará el resto del Club de Mar, que se abre de par en par a la ciudad. Además, contará con un centenar de plazas de aparcamientos y una treintena de locales comerciales. La gran transformación de la primera línea de Palma ya está en camino.