La Plaza Alexander Fleming de Palma se ha convertido en el refugio de un gran número de palomas, cuyos excrementos se acumulan en la zona de juegos del parque infantil. Vecinos y usuarios de este espacio público denuncian la falta de limpieza que propicia que los menores estén en contacto con las heces de las aves cuando disfrutan de su tiempo de ocio, ya que, además de ser un punto de encuentro habitual, hay una escoleta infantil cerca que propicia una gran afluencia.
«Esto hace mucho tiempo que está así», asegura una usuaria del parque, que lamenta que muchos otros niños tengan que jugar en un espacio sucio e insalubre, ya que los excrementos de las palomas pueden transmitir enfermedades. Más allá de la dificultad de erradicar a las palomas de la que se ha convertido su casa, las quejas se dirigen hacia la necesidad de realizar una limpieza exhaustiva para que los menores disfruten de la zona de forma segura.
Y es que, al margen de la mala imagen de la suciedad, los excrementos de las palomas pueden transmitir criptococosis, histoplasmosis y psitacosis que pueden enfermar a las personas. Además, las heces de las aves, que cada vez son más en la capital balear, también pueden acelerar el deterioro de la zona de juegos del parque infantil, ya que contienen ácidos, entre ellos úrico, fosfórico y nítrico que aceleran la erosión del espacio.