El Ajuntament de Palma devolverá a Bruselas más de 2,6 millones de euros de excedentes de fondos europeos, la mayoría asociados a proyectos de Mobilitat (de la EMT y Bicipalma), pero también a otros de Infraestructures y Emaya. Desde el Ajuntament han explicado que esta situación se debe a que al liquidar los proyectos, algunos han resultado más económicos de lo inicialmente presupuestado, de modo que sobra una parte de las ayudas asignadas. En concreto, el importe concedido superaba los 15,5 millones y el absorbible se queda en unos 12,9 millones.
El acuerdo para materializar esta devolución se aprobó de urgencia en la Junta de Govern de este miércoles. El consistorio remarcó que no se ha dejado de ejecutar ninguna de las actuaciones previstas. Los proyectos para los que ha habido un excedente son la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que entrará en vigor en enero; la electrolinera asociada a camiones eléctricos de Emaya y a autobuses de la EMT, así como otras mejoras del servicio de transporte; la ampliación de aceras en las calles Temple, Ramón Llull y Antoni Planes; la mejora de aceras en Son Dameto; la implantación del ORA ambiental (un software para los coches 'visual car' que leen las etiquetas ambientales de los vehículos) y la renovación y ampliación de Bicipalma.
En cambio, la ayuda inicial asignada se quedó corta para la mejora de la calle Sínia d'en Gil, la peatonalización de Nuredduna y la renovación logística de Bicipalma y aparcamientos seguros; pero la diferencia queda compensada por el excedente de los otros proyectos. Por otro lado, se cuadraron a cero la compra de camiones eléctricos de recogida de residuos de Emaya y la compra de autobuses eléctricos.
Desde el PSOE consideraron este acuerdo una «renuncia» del equipo de gobierno porque aseguran que el Ajuntament podría solicitar una prórroga a Europa para incluir los remanentes en otros proyectos. Desde Cort negaron que sea posible redefinir el destino de los fondos y mantuvieron que la institución está obligada a devolver este sobrante.