La nueva Plaza España de Palma se ha inaugurado este lunes tras 16 meses de reforma. Sobre las 06.30 horas de esta mañana operarios del Ajuntament de Palma han retirado las vallas que durante más de un año han acordonado la zona de trabajo. A las 10.00 horas la plaza se ha llenado de personas curiosas que querían ver el resultado de una remodelación que ha costado más de 2,5 millones de euros. El acto inaugural ha contado con la presencia del acalde de la ciudad, Jaime Martínez, y de otras autoridades como los regidores de Medi Ambient e Infraestructures, Llorenç Bauzà y Belén Soto, respectivamente. Al encuentro han asistido muchos comerciantes de la zona así como representantes de Afedeco y Pimeco.
Se ponen fin así a unas largas obras que por diversos motivos se han ido retrasando a medida que se encontraban complicaciones en el trascurso de las labores, como el hallazgo de los restos de la antigua muralla, la rotura de una arteria de la red de suministro de agua o la caída y retirada de uno de los árboles que daban sombra en el lugar. «Se han recuperado todos los elementos patrimoniales», ha explicado Martínez. Y es que, dentro de las obras se han incluido la restauración de la estación meteorológica construida por el arquitecto mallorquín Gaspar Bennàzar en 1910, así como los bancos que rodean la misma. Asimismo, se ha trabajado para conservar los conjuntos escultóricos, de la fuente y la estatua de Jaume I y la antigua caseta del guardia y se ha señalizado el trazado de la antigua muralla.
Durante las próximas dos semanas en la plaza habrá colocados unos paneles informativos, para que los transeúntes puedan conocer las diversas actuaciones que se han llevado a cabo y además se han colocado unos códigos QR para conocer una parte de la historia cultural y patrimonial del lugar. Además, se ha renovado toda la iluminaria e infraestructuras de Emaya: «Invito a todo el mundo a venir a la plaza esta noche para ver la nueva iluminación y que vean la diferencia que hay respecto a antes», ha señalado el alcalde. Por otro lado, aunque aún no se pueden ver en todo su esplendor, se han plantado 6.800 nuevas plantas y flores que dentro de unos meses deben decorar la plaza y llenarla de color.
Aunque las obras se dan por finalizadas, queda ahora trabajar para que el nuevo suelo quede impoluto, ya que las juntas del embaldosado aún levantan polvo, por lo que en las próximas semanas se intensificará la limpieza. En total hay ahora tres tipos de pavimento; por una lado, uno abujardado, que indica el trazado de la antigua muralla; por otro, uno de adoquines que señala las zonas por donde se podía caminar antiguamente así como el puente que había; y un tercero liso que dibuja la antigua fosa del Bastión de Santa Margalida.
Preguntado Martínez sobre la posible ampliación de las terrazas de la restauración ha dejado claro que «no se ha contemplado en ningún momento ningún tipo de modificación respecto a las ocupaciones que están autorizadas y así seguirá. Hay que tener en cuenta también que estamos trabajando en planes de zonificación y en todo caso, si se reordenase, que en loa Plaza de España no está previsto, no se ampliaría sino se reduciría».
Mensaje secreto
La reforma de la Plaza de España deja a la ciudadanía un espacio público renovado, con más plantas, nuevas baldosas y papeleras y una restauración integral del entorno patrimonial, pero también un mensaje secreto. Y es que, oculto dentro de la fuente de Jaume I se ha dejado escrita en catalán antiguo una frase que dijo este rey.
De hecho, el Consistorio va a dar a conocer esta anécdota para que los más curiosos se animen a buscar en la fuente y sus alrededores y descubrir de qué célebre frase se trata. Para echarles una mano, nos chivan que la oración está escrita en alguna parte de la barandilla.
Esfuerzo comercial
Por su parte, la presidenta de Afedeco, Joana Manresa, ha señalado su satisfacción por el fin de las obras, que si bien eran «muy necesarias, se han alargado más de la cuenta y han sido meses muy duros para los comerciantes». En este sentido, ha apuntado que «tenemos datos que indican que la facturación les ha bajado más de un 50% y ha sido un sacrificio muy grande mantener los negocios abiertos todo este tiempo».
«Todo lo que sea una obra siempre tiene consecuencias. Hay momentos que lo pasas mal, porque, por ejemplo, las terrazas son más reducidas y hay menos clientes, pero luego cuando abres merece la pena. Lo que no puede ser es tener una plaza como la que teníamos», ha dicho el vicepresidente de Pimeco, Mateu Cunill. «Estamos muy contentos con la obra, pero si que es cierto que hemos tenido daños colaterales. Hemos tenido varios meses en los que el comercio se ha resentido, porque estaba todo cerrado», ha subrayado el vicepresidente de Pimem, Jaume Colombás.