La calle de Sant Jaume es una de las más antiguas de Palma y la más importante del barrio de Sant Jaume, patrimonio histórico y cultural de la isla. Meses después de que se dieran por finalizadas las últimas remodelaciones en la mítica calle, los vecinos siguen indignados con el estado «deplorable» del pavimento. Por este motivo, reclaman soluciones para devolverle la imagen que merece.
«Los ancianos ya no se caen, pero arquitectónicamente es una chapuza», asegura Toya de la Vega respecto a las últimas obras en las que se taparon agujeros que provocaban las caídas de los más mayores. La presidenta de la Asociación de Vecinos de Sant Jaume comenta que no se pueden hacer reformas «sin más, dejando de lado la estética», ya que se trata de una calle que es un «símbolo histórico, cultural, artístico y social».
Aunque se arreglaran los peligrosos agujeros, el empedrado clásico ha quedado completamente desgastado y desencajado en algunas zonas. «No puedo entender como una calle tan importante está olvidada por las instituciones», lamenta uno de los vecinos de Sant Jaume. Miles de personas pasan cada día por la calle de Sant Jaume, entre ellos, «muchos turistas que bajan de Plaza de Espanya» y se llevan una imagen «poco atractiva del lugar».
«El pavimento de esta calle es más importante que la fachada de cualquier iglesia», afirma Toya. Desde la asociación tienen tienen claro que las remodelaciones que ha sufrido la calle durante los últimos años «no son suficientes». Para que no se cometan los mismos errores, el Ajuntament «tiene que intervenir un importante presupuesto y es necesaria la labor de un técnico superior».
Existe un proyecto firme para para mejorar el pavimento, la iluminación y los alcorques de distintos puntos del Barrio de Sant Jaume: la Plaça del Mercat, la calle Unió y la calle Ecce Hommo. De momento, la reforma del carrer de Sant Jaume, que implicaría «levantar toda la calle», no está incluida en este proceso de modernización, uno de los deseos de sus vecinos, preocupados por la belleza y la protección de uno de sus bienes más preciados.