Tras la fiesta de Son Parera el año pasado y la de la Gruta del pasado 29 de junio, las fiestas de Cannibal Show vuelven a la carga con otra prevista para el 14 de agosto en La Rosa de los Vientos. Una celebración ante la cual muchos vecinos de El Molinar han dicho basta y han empezado a tomar cartas en el asunto a fin de evitarla.
Aunque la fiesta aún no está confirmada, los vecinos ya han empezado a hablar con el área de Participació Ciutadana del Ajuntament de Palma. El problema es que estos ciudadanos creen que «los promotores parece que tienen un botón con el que al final reciben siempre la autorización para realizarla». Aunque confían en que esta vez el Ajuntament esté de su lado.
El formato que tienen estas fiestas para promocionarse es poner primero un horario infantil y a continuación el evento para mayores. Después, dicen los residentes, comunican un cambio de horario y solo ponen fiesta por la tarde con varios DJ. Además, «en otras ocasiones, en un principio se esperaban 300 personas y acabaron siendo 2.000 de las que solo 60 son del Molinar».
Los vecinos explican que no tienen problema con la fiesta en sí, sino con el ambiente y el volumen de la música. «En estos sitios se mueven drogas y la policía no hace nada, aunque la avisemos», relata uno de los afectados.
Respecto a este tipo de eventos, también los hay que consideran que «hace perder la identidad de El Molinar». Cuentan que el barrio ya tienen su programa de fiestas, que incluyen verbenas para jóvenes y también tienen café-conciertos por la zona que no molestan. Además, realzan que todos los restauradores trabajan para aportar al barrio.
Lo que ellos consideran más grave es que la asociación de vecinos (que ya no está presidida por Miquel Obrador) promocione este tipo de fiestas donde ocurren este tipo de cosas. Varios vecinos también se han quejado a través de redes sociales. La fiesta del día 15, cuentan, la han vendido como benéfica, pero dudan mucho de que sea así. De momento no se ha interpuesto ninguna denuncia al respecto, por lo que todo sigue adelante, pero el malestar entre numerosos vecinos es evidente.