Una invasión de palomas se ha adueñado de varios espacios públicos en la palmesana barriada de Foners y Ses Veles, alcanzando a espacios públicos en los que los excrementos de esas aves generan, además de suciedad, un peligro de salubridad por la presencia de bebés y niños en las zonas infantiles, donde pueden entrar en contacto con las heces, como refieren los vecinos de la zona, pero especialmente los padres de esos niños y niñas.
En el inicio de la calle Manacor, en la conocida como 'Plaza del Caballo Loco', a raíz de la presencia de la escultura 'Cavall encabritat', obra de Aligi Sassu, se acumulan decenas de palomas a las que se ofrece comida por parte de algunos vecinos y residentes, lo que alimenta su presencia cada vez en mayor medida. Eso, ha provocado el malestar de algunos de los mismos, al ver cómo ese espacio de la ciudad se ensucia con unos excrementos que resultan difíciles de limpiar por parte de Emaya.
Otro espacio en el que se ha observado la presencia de palomas y la consiguiente suciedad es el Parc de Ses Veles, en la calle Joan Alcover y relativamente cerca de la calle Manacor. Además, allí los vecinos refieren las heces de esos animales, unidas a las de los gatos que aparecen en un espacio público y en el que por la tardes y los fines de semana se eleva el peligro por la presencia de menores.
Esa suciedad y los posibles contagios de enfermedades preocupan a los residentes, que soportan en ocasiones los olores de esos excrementos, además de pisarlos y ver cómo a consecuencia de ello la suciedad sale del parque para extenderse a los espacios próximos.