«Claro que da mucha pena». Después de sesenta años en la calle Blanquerna, Talleres Suato se muda al polígono. Su gerente actual, Tomeu Ponsell, nieto del fundador y tercera generación al frente de la empresa explica el paso: «Es necesario dar el paso y decidir buscar alternativas y unificar los servicios que damos». La nueva ubicación en Son Castelló le permite hacer también reparaciones de chapa que hasta ahora les obligaban a desplazar los vehículos desde el centro. El único servicio que ya no llevan a cabo son los de autolavado. «Mucha gente de paso nos conocía por el lavado».
«El taller lo fundó mi abuelo en el año 1960. Después lo llevó mi padre y hace once años lo cogió yo con mi tío», explica Ponsell. Ahora, con la jubilación de su tío se ha quedado al frente. Apunta a la peatonalización de la calle como un handicap que ha sido difícil de asumir para el taller, a pesar de que se permitiera circular un pequeño tramo para el acceso a sus instalaciones. «Nos hizo mucho daño» y recuerda que, solo el primer año tras la actuación perdieron más de 8.000 clientes. Ahora, con los ciudadanos habituados a la zona peatonal y ese trozo de calle lleno de terrazas tampoco ha mejorado: «Te miraban mal cuando pasabas con el coche; la gente no lo entendía».
El traslado deja vacíos los 950 metros cuadrados que ocupaba el taller en Blanquerna más los 1.200 del antiguo taller Victoria, frente al Rívoli que ahora destinaban a aparcamiento. Ponsell señala que no sabe aún que ocurrirá con ellos y que no se ocupa directamente. «No hay planes aún».
Por lo pronto, desde el pasado dos de mayo, la persiana permanece echada en Balquerna y las instalaciones ya están abiertas y operativas en Son Castelló. «Es una lástima», concluye Ponsell que valora la relación de décadas con los vecinos y la presencia de un taller de proximidad que se va.