Al llegar al Plaça de Pere Garau lo primero que se aprecia es el bullicio. En los laterales exteriores del Mercat hay colocados puestos de alimentación y de ropa en días alternos. Esta alternancia trae de cabeza a un vecino de la plaza, que no entiende por qué no se vuelve a hacer el mercado los martes, jueves y sábados como solía hacerse. Antes de la pandemia, fruteros, verduleros y comerciantes de ropa convivían en el espacio tres días a la semana. Sin embargo, por cuestiones sanitarias, se decidió que los lunes, miércoles y viernes estuvieran los de ropa y el resto de días, menos el domingo, los de comida.
Harto de soportar ruido continuamente, V. F. C. se reunió el 12 de diciembre con la directora general de Mercats del Ajuntament de Palma, María del Carmen Esparza, para quejarse en persona. «Durante la reunión le dije que era inconcebible montar un mercado de lunes a sábado. Entiendo que se hiciera durante la pandemia para no perjudicar al sector, pero ahora no», dice V. «Me aseguró que el Ajuntament quiere reducir los días, porque entiende que la plaza tiene que ser para el uso de los vecinos».
«Me dio la razón con el tema del ruido, ya que comienzan a montar los tenderetes a las 06.30 horas y están ahí hasta las 13.00 horas», explica. Además, implica más servicio de limpieza, «que está muy bien, pero también molesta», y más tráfico, porque los camiones cargan y descargan en doble fila y obstaculizan la circulación.
Disparidad de opiniones
Entre los comerciantes, las opiniones son diversas, mientras unos quieren continuar como hasta ahora, otros quieren volver a la dinámica anterior. Hace unos meses los placeros de los lunes, miércoles y viernes solicitaron a Cort volver al formato anterior, ya que vendían más cuando todos compartían el espacio. Sin embargo, el Consistorio denegó la petición.
Por su parte, los comerciantes de los otros días, prefieren que la situación siga como ahora «Es más cómodo así, porque antes al ponerse otros puestos alrededor nuestro teníamos que esperar a que estos se quitaran para poder desmontar los nuestros; lo que nos obligaba a irnos más tarde», admite una comerciante de la plaza.
Carteles
Cabe destacar que Inspección de Mercados obliga desde este semana a que los puestos de alimentos cuelguen un cartel donde se informa de la prohibición tocar el género. Está escrito en catalán y castellano, lo cual es poco útil para los muchos turistas que acuden a la zona y no entienden ninguno de los dos idiomas.