Sali, Edgar, Lucas y otros vecinos de Son Gotleu se pusieron ayer manos a la obra, y con el apoyo de los responsables de distrito y de Emaya comenzaron la limpieza de un solar que se había convertido en los últimos tiempos en un punto negro de esta barriada palmesana. Ubicado en las inmediaciones de calle Regal y Francesc Julià, los residentes llevan años viendo cómo en el espacio se acumulan residuos. Un simple vistazo permitía divisar ayer colchones amontonados, restos de obra, electrodomésticos, hierros oxidados y bolsas de basura, incluso bombonas de butano. Además, el espacio es desde hace años punto de encuentro de drogadictos, que dejan las jeringuillas usadas en el suelo, o personas vulnerables.
Cansados de esperar soluciones que no llegan, los vecinos iniciaron ayer las tareas de limpieza. El objetivo es vallar el solar y recuperarlo para que pueda ser usado en breve como pista de petanca o espacio de ocio para los niños. Ana, una vecina, no ocultaba su temor a que, con el vallado, los toxicómanos se metan en las fincas cercanas, rompiendo las puertas, para drogarse, como ya ha pasado.
«Son Gotleu necesita un cambio y tiene que llegar con ayuda de los vecinos», explicaba Sali Valdivia, propietaria de una lavandería que, junto con su marido, Edgar Mansilla, puso a disposición del operativo los recursos materiales y humanos de su negocio.