Se ha convertido en uno más de los muchos dolores de cabeza que tienen los vecinos de Son Gual, la olvidada y periférica barriada de Palma que limita con el municipio de Algaida. A las múltiples quejas de sus habitantes se suman las relacionadas con vertidos ilegales que de manera anónima y aprovechando la soledad de alguno de sus parajes se han encontrado en aquella zona elevada sobre la bahía de Palma.
Materiales de construcción, restos de poda -incluso troncos troceados de palmeras-, piezas de fibra, escombros, botellas de cristal que podrían provocar un incendio a lo largo de los próximos meses... Es variado el surtido de desechos varios que han aparecido escondidos entre la maleza y próximos a la calzada, aunque su ubicación hace que escapen al radio de acción de Emaya, a quien se ha notificado, al igual que al Policía de Barrio, estas incidencias.
Los vecinos de Son Gual II, principalmente, denuncian estos y otros actos de vandalismo en espacios por los que apenas transita tráfico rodado y los vecinos se pueden contar con los dedos de una mano. De autoría desconocida, sí es cierto que estos vertidos son intencionados y organizados, pues se concentran en un espacio próximo.
Todo ello ha acabado generando una notable preocupación entre los residentes por la cada vez mayor proliferación de los mismos, que dan muestras de la impunidad de quienes aprovechan esa zona próxima a viviendas y un área residencial para deshacerse de materiales incluso tóxicos que aparecen súbitamente y que los vecinos, al pasear por la zona, observan con incredulidad y malestar.