Muchos de los usuarios de las piscinas del Institut Municipal de l'Esport (IME) comparten una misma queja estos días: la baja temperatura del agua. La mayoría admiten que incluso están nadando con neopreno y camisetas térmicas para no quedarse «helados» al sumergirse.
José Enrique Torrecilla, nada desde este verano en la de Son Hugo: «En verano se agradecía que estuviera fría el agua, pero ahora es demasiado», explica. «Hice la mili en el Puig Major, con nieve, y no lo pasé tan mal», bromea. Vanessa Benito es otra usuaria de las piscinas, desde septiembre va a nadar a Son Moix y Son Hugo, sin embargo, esta semana ya no está yendo por el frío que pasa en el agua: «Iba a ir hoy pero por la temperatura he pasado».
Rosana Martínez, es madre de una niña de 15 meses a la que lleva a clases de natación en Son Moix: «Se ha resfriado del frío que hace en el agua. Un socorrista midió la temperatura delante mía y marcaba 29 grados, pero no era fidedigno. Midió solo la superficie», dice. Todos coinciden en que en los vestuarios se comenta esta situación, en especial en las piscinas interiores donde nadan niños muy pequeños y personas mayores. Por este motivo piden al IME que suba la temperatura del agua, ya que es imposible aguantar mucho rato dentro.
La normativa vigente indica que la temperatura del agua de las piscinas tiene que estar entre los 24 y los 30 grados. Según el gerente del IME, Miguel Ángel Bennassar, la pequeña interior de Son Moix está a 29,5 grados y la grande a 28, mientras que la de Son Hugo está a 28,2 grados. «Están a la temperatura que toca», afirma. Para regular la temperatura se usan calderas de gas y a través de unas ondas se sube o baja según convenga. Para medir los grados se introduce un termómetro a medio metro del agua, con lo que el resultado no tiene por qué valer para el conjunto de la piscina.