La calle Hostal d'en Bauló lleva cortada desde el pasado 13 de febrero, concretamente, entre el siete y el once de esta vía situada entre las plazas Quadrado y Mercadal, en el barrio de sa Gerreria. La zona fue acordonada por los Bombers de Palma por un riesgo de derrumbe que afecta a dos solares y dos bloques abandonados en los que hace años vivieron varios okupas. Los vecinos y comerciantes de la zona toman la palabra para opinar sobre el suceso y el estado del barrio.
Alba Lobato es una de las peluqueras del salón de belleza de esta calle. La joven de 20 años explica que «primero pusieron las vallas azules y la gente las saltaba. Vecinos, turistas, gente con bicicletas; un poco de todo. Y ahora mejor que hayan puesto una barrera metálica, así no saltan. Lo bueno sería que tiraran los edificios. Si lo reformaran, la calle sería más acogedora porque ahora no es que lo sea, precisamente. Han venido arqueólogos y albañiles. Cómo es el casco antiguo a veces se encuentran cosas». La estilista cuenta que «como tenemos los clientes bastante fidelizados nos va bien pero si es verdad que hay algunos a los que no les hace mucha gracia venir aquí. Tal y como está la calle, pasas por aquí y no te dan ganas entrar en un local».
Hace once años que Xisco Arbona vive en sa Gerreria. Patrón y mecánico náutico de 55 años recién jubilado, este solleric afirma que «si hay un peligro inminente me parece correcto que se cierre, pero opino que estos edificios que se están deteriorando tanto tendrían que tener unas medidas según las cuales si los dueños no hacen nada, el Ajuntament de forma subsidiaria pueda tomar cartas en el asunto».
Arbona añade que «este barrio venía de una situación bastante deplorable a finales del siglo pasado. Ahora está mejor aunque habría que arreglar edificios como el casal de Can Serra. Entiendo que costaría un dineral y habría que mirar qué uso se le da pero está en muy mal estado. Exteriormente no tanto pero hay trozos que caen. Al ser vecinos vimos hace unos años como caía una torreta por culpa de un temporal».
Mateu Cifre, albañil de 44 años y vecino del barrio, pone el énfasis en los problemas de circulación y aparcamiento que provocan los cortes de las calles. «Esto es un cachondeo, sobre todo para los que tenemos el coche en el aparcamiento en sa Gerreria. Antes entrábamos por la Porta de Sant Antoni y ahora nos obligan a dar la vuelta por Jaume III, la plaza de Cort… Según el día podemos tardar entre 15 y 30 minutos, depende del tráfico. Antes nos dejaban entrar en el aparcamiento privado pero ahora no. Estas casas hace mucho tiempo que están así. Han caído un par de tejas y han creído que lo mejor era cortar la calle».
Sonia es muy crítica con la situación del barrio. «Deberían preocuparse más por el tema de la vivienda porque hay muchas que están cayéndose a trozos. Con el dinero que hay en la Isla está todo muy desamparado. No entiendo que no se cuiden las viviendas con lo preciosas que son muchas. Tampoco que estén cerradas, podrían darse en alquiler a gente que lo necesita. Nos afecta a todos; los que trabajamos o viven aquí y los que quieren alquilar. Cada vez hay menos vivienda en el casco antiguo. Ya se dijo que Palma iba a ser un centro comercial a lo grande», dice.
Problema
Una vecina de la calle Hostal d'en Bauló relata un duro testimonio. «Este corte nos hace la vida más difícil porque normalmente uso esta calle para llevar a mis hijos al colegio. Ellos tienen tres y cinco años, además tengo que caminar más cargada con las bolsas de la compra que pesan bastante. Mi marido se encuentra con quimioterapia a causa de un cáncer y acaba de salir de una operación en una pierna. A causa del corte de la calle tardamos, más o menos, el doble de lo que lo hacíamos antes», finaliza.