La decisión del Ajuntament de Palma de no continuar con el proyecto del eje cívico de Cotlliure y renunciar a los 13 millones de fondos Next Generation sigue provocando críticas. Cristina Llorente, de Arquitectives, denunció que «en contra de lo que afirma el informe de la Policía Local, el urbanismo puede ser usado como una herramienta de prevención contra la delincuencia y la conflictividad».
Llorente, que también es presidenta de Palma XXI, advirtió que «evidentemente, proyectos como el de Cotlliure no son suficientes para mejorar la seguridad de los barrios ni para erradicar determinadas conductas, pero sí para favorecer el uso colectivo y fortalecer la identidad, la pertenencia y el sentimiento comunitario de sus habitantes. Aspectos éstos que sí influyen directamente en la seguridad ciudadana, tanto en la percibida como en la efectiva. Son muchos los ejemplos en que el urbanismo se ha utilizado como política de prevención, generando un espacio urbano que favorezca el encuentro, la diversidad y la presencia de personas que actúan, entre otras cosas, como 'ojos de la calle', contribuyendo también a paliar las posibles problemáticas de seguridad».
«No digo que el diseño urbano pueda erradicar por sí solo determinados conflictos, pero si éste va unido a la atención de los problemas sociales estructurales desde las distintas áreas municipales, resultará un eficaz e importantísimo aliado. Otra cosa es que se pretenda sembrar miedo para justificar un modelo de ciudad con clara tendencia hacia la velocidad y el tráfico rodado», añadió Llorente.
La responsable de Arquitectives advirtió que «lo que sí está claro es que no intervenir tampoco acabará con el problema y perpetuará otros que ya existen y que tienen que ver con un espacio público deficiente, volcado al coche y a todos sus perjuicios».
Por su parte, Neus Truyol, concejala de Més y ex regidora de Model de Ciutat, explicó que «estaba previsto eliminar plazas de párkings de manera paulatina, pero había en Carrefour, Mercadona, Palma Arena y el mercado de Camp Redó». Además, se preveía impulsar la zona ORA para que el barrio dejara de ser «el aparcamiento de Palma. Es algo que nos piden los vecinos». En el caso del Palma Arena, cuenta con 400 plazas de párking que están «prácticamente vacías durante todo el día». Uno de los principales argumentos del equipo de gobierno para retirar este proyectos es que el eje cívico de Cotlliure suponía la eliminación de 600 plazas de aparcamiento de golpe, algo que desmienten desde Més, ya que «se hacía por etapas y con alternativas».
Truyol habló de la necesidad de pacificar el tráfico e impulsar el transporte público con carriles bus. Pero se están dando pasos hacia atrás y se va en contra de todo lo que hace Europa. Todas las ciudades europeas pacifican el tráfico e impulsar las zonas verdes». Desde Més se habla de que el proyecto del eje cívico fomentaba «la cohesión social. Fue un proyecto que se habló y diseño con entidades y vecinos gracias a un proceso participativo. Este proyecto no es un capricho, el urbanismo social es escuchar a la gente y ver qué necesitan para ayudarles».
La regidora de Més aseguró que «el PP está en contra de este modelo de barrios, son más de grandes megaproyectos alejados de las necesidades de la gente como comprar el edificio de Gesa y hacer un museo. Nosotros somos más de proyectos para mejorar los barrios. El PP se escuda en supuestos informes, pero la realidad es muy insistente: los árboles y pacificar las ciudades es fundamental para que la gente de Palma viva mejor y combata el cambio climático».