Decenas de miles de personas se congregan este domingo en la plaza de Pere Garau para participar en la celebración del Año Nuevo Chino, un evento organizado por la Asociación China de las Islas Baleares (Achinib) que cada año atrae a más público, tanto de la comunidad china como del resto de la ciudadanía.
El festejo arrancó con la tradicional danza de los leones, ejecutada por jóvenes del colectivo chino cubiertos por una vistosa representación de este animal. A continuación, hubo discursos de representantes de las principales instituciones: la regidora de Interculturalidad, Luisa Marqués, por parte de Cort; el conseller insular de Territori, Fernando Rubio, por parte del Consell, y la consellera de Familias y Asuntos Sociales, Catalina Cirer, por el Govern. Finalmente, tomó la palabra el ministro consejero de la Embajada de China en España, He Yong, quien, de entre todas las ciudades de la geografía española con presencia de la comunidad china, eligió este año Palma para celebrar esta importante festividad. «Toda esta decoración, el ambiente y la danza de los leones me hacen olvidar que estamos en una isla mediterránea», arrancó. «Palma ha celebrado durante muchos años consecutivos esta fiesta, con una participación masiva. Creo que es un festejo tan arraigado porque transmite muchos valores que tenemos en común: el aprecio a la familia, la inclusividad social y la armonía entre la humanidad y la naturaleza», observó.
La fiesta se prolongará entre las diez de la mañana y las diez de la noche, con actuaciones de música y danza de artistas locales y chinos, además de todo tipo de puestos con comida y productos chinos. No faltó la representación del animal mitológico que da nombre al Año del Dragón, que arranca estos días, portado por adolescentes mallorquines de ascendencia china. «Somos casi todos nacidos aquí, pero nos encanta recuperar las tradiciones de nuestros antepasados», señala una de ellas, Fiona.
«El dragón es muy importante para la cultura china», explica Xiao Li, secretario de Achinib. «De hecho, nos consideramos descendientes de este animal mitológico, que en Occidente tiene una connotación oscura, pero en China representa prosperidad, abundancia, suerte y poderío», detalla.
Además de puestos de comida con todo tipo de especialidades chinas, este año ha habido, por primera vez, un stand de Palmajove, con el objetivo de dar a conocer los servicios de este ente municipal a los jóvenes chino-palmesanos. También, por primera vez, la Comunidad Budista Hai Hui Shan ha montado un puesto en el que ha regalado rosarios, llaveros, libros y carteles con la palabra 'suerte' en caligrafía china, para colgar en las casas con objeto de atraer a la buena fortuna. «Venimos de Barcelona, porque mucha gente local nos ha mostrado su interés por conocernos. Practicamos el budismo en su forma más tradicional y ortodoxa, con el objetivo principal de facilitar que la gente encuentre la paz», señala Yangdang, una de las representantes de esta comunidad budista.
«Es la primera vez que vengo a esta celebración, porque soy peruana y solo llevo dos años viviendo en Mallorca, pero me interesa mucho la cultura china», explica Mariluz Ayala, vecina del barrio que se ha acercado a participar en la fiesta. «Me gustan sus rituales y su vertiente mágica y supersticiosa. Me recuerda a las tradiciones populares y religiosas de mi país, y quiero conocer un poco más de esta cultura», asegura.