Usuarios de Bicipalma han hecho llegar sus quejas por la falta de bicicletas en las estaciones más alejadas del centro. Denuncian que cuando llegan a la parada se topan con la ausencia de vehículos para alquilar, por lo que tienen que desplazarse al final en coche.
«Pagué por un servicio que apenas puedo usarlo una vez al mes ya que cuando lo necesito nunca hay bicis en la estación cerca de casa. El sábado 4 de diciembre tenía planes durante todo el día que, por cercanía de estaciones, quería hacer en bici», cuenta en las redes un vecino afectado que prefiere mantenerse en el anonimato.
En su caso, la estación de Son Serra Parera estaba vacía, tal y como iba comprobando en la app de Bicipalma. «A las nueve de la mañana tenía que estar en un sitio. Desde que me desperté, a las seis y media de la mañana, fui mirando si había bicis», señaló Alberto, otro usuario afectado. Durante varias horas, no apareció ningún vehículo en esa parada de Bicipalma. Pese a ello, fue caminando hasta la parada más próxima, en la que según la app, había dos bicicletas: «Cuando llegué quedaba una pero tenía la rueda pinchada».
Alberto señala que «esto no es algo puntual que ocurra, me pasa bastantes veces a la semana». Mientras las paradas de Bicipalma del centro siempre tienen vehículos, las del Eixample sufren carencias. También han llegado más quejas de las paradas de San Vicente de Paul, s'Escorxador, Son Oliva, Jacinto Verdaguer o la plaza Fleming. Y las fotos muestran cómo las aparcabicicletas están todas disponibles.
Basta mirar la app de Bicipalma para comprobar la disponibilidad de vehículos. El jueves por la tarde, la estación 34232 de General Riera y la estación 34270 de Sant Vicenç de Paul aparecen sin ningún vehículo, mientras que la de Prevere Rafael Barrera (estación 34239), la del Mirador del Terreno (34207) o la de Arxiduc Lluis Salvador-Músic Josep Balaguer (34218) apenas cuentan con una.
«Es muy arriesgado confiar en Bicipalma. Cuanto más lejos están las paradas, más difícil es encontrar otra opción», denuncia un usuario, que lamenta que «las estaciones son muy pequeñas», mientras otras están a rebosar.