La discoteca Black Cat, pionera de la escena LGTBI de Gomila, en Palma, está sucumbiendo a las máquinas excavadoras. Este miércoles comenzó el derribo de este edificio situado en la calle Joan Miró, en el número 75. Su nuevo propietario es el Grupo Piñero, que también posee el edificio colindante, en el número 73, donde se encontraba La Sifonería.
Una excavadora se encontraba a primera hora a las puertas del antiguo Black Cat, que abrió a la fuerza las puertas de madera. Los operarios entraron dentro de la antigua discoteca palmesana para comprobar que no había nadie en su interior. En los últimos años se habían vivido casos de okupación. Una vez verificado que estaba vacío, comenzó el proceso de derribo de este edificio que ha albergado las mayores fiestas de Palma.
El Grupo Piñero también se ha hecho con este inmueble, colindante al edificio que albergaba La Sifonería y que aún hoy cuenta en sus bajos con el club nocturno La Vermutante, el último superviviente. El edificio de Joan Miró 73 se encuentra protegido, por lo que será rehabilitado. Ya había obtenido el permiso del Ayuntamiento de Palma para convertirse en un hotel de cuatro estrellas. De esta manera, el Black Cat pasará a formar parte del establecimiento hotelero que abrirá sus puertas en la calle Joan Miró.
Una muestra más de los cambios que se avecinan en Gomila, después de la irrupción del grupo Camper en la misma plaza, con la reconversión de siete edificios y el aterrizaje de la discoteca Lío en la antigua Tito's. En el caso del Black Cat, abrió sus puertas en 1987 y cerró en 2013. Luego dio paso a la discoteca latina New Millennium aunque desde hacía años el edificio estaba a la venta.
Como dice una de las vecinas, «aquí a la gente se les ha ido la olla con los alquileres. Con la excusa de que El Terreno está cambiando han subido de 700 a 1.000 euros». En la cafetería Patagonia advierten que «se empiezan a notar cambios en el barrio pero aún falta. Nos toca aguantar la obra pero por lo menos será mejor de lo que hay».
Permisos
El inmueble de la calle Joan Miró 73 se rehabilitará ahora con el objetivo de convertirse en un establecimiento turístico de cuatro estrellas y cuenta con un presupuesto de 1.644.860 euros. Mientras tanto, el derribo del antiguo Black Cat permitirá construir un inmueble de nueva planta que también formará parte del mismo proyecto hotelero. Con esta iniciativa, Grupo Piñero apuesta por la hotelería urbana en Palma y Gomila prosigue con su constante transformación.