Aunque la guerra contra los grafitis no es nueva, sí empieza una nueva batalla, la del ejecutivo del PP que cambia algunas armas para tratar de ser más efectivos. Por un lado, prevé incrementar las sanciones contra las pintadas vandálicas con una nueva ordenanza que incrementará las multas de los 750 euros actuales a los 3.500; y por el otro anuncia que en su plan de limpieza se repasará cada área saneada para retirar nuevas pintadas en un plazo de entre 24 a 72 horas. De esta manera «queremos disuadir a quien realiza estas acciones», explicó ayer Belén Soto, responsable de Infraestructuras de Cort.
Es una de las banderas de este nuevo gobierno es que entre los meses de julio y agosto ha retirado 1.100 pintadas. Ayer, además, empezó una actuación específica sobre la fachada y aledaños del Mercat de l'Olivar «de forma coordinada entre Emaya, Infraestructuras y Movilidad, por la retirada de adhesivos de las señales verticales», explicó el regidor de Medi Ambient y presidente de la empresa municipal, Llorenç Bauzá.
La iniciativa permitirá trabajar sobre 300 pintadas de la zona, no sólo de la vía pública sino también de empresas privadas como la ONCE, Telefónica o Endesa, y en este caso, las propias entidades se hacen cargo de la limpieza, según explicaron los representantes municipales. Y es que otra de las novedades pasa por la eliminación de trabas burocráticas para los espacios privados. «Si bien hasta ahora eran ellos que tenían que solicitarlo, ahora Emaya es quien se pone en contacto con los propietarios para eliminarlas. En esta zona lo hemos publicitado en los buzones», explicó Bauzá. Además de las actuaciones municipales que próximamente se dirigirán a Pere Garau, las autoridades apelan al civismo de los vecinos para mantener el embellecimiento de la ciudad.