Docenas de motos naúticas navegan en Cala Gamba sin control y a altas velocidades sin respetar la distancia de seguridad y han llegado a golpear incluso a pequeñas embarcaciones. Hace escasos días provocaron la caída desde una pequeña embarcación de una niña de nueve años al mar y uno de estos vehículos pasó a solo treinta centímetros de distancia, poniendo en peligro su vida.
La rampa pública de Sant Joan de Déu, que hasta ahora servía para permitir el acceso de pequeñas embarcaciones al mar, se ha convertido en una plataforma en la que las motos náuticas de alquiler cometen excesos, poniendo en peligro incluso la integridad física de bañistas y navegantes en la zona. El ruido y la peligrosidad de las maniobras de quienes pilotan estas motos naúticas preocupan a los afectados, que advierten que los conductores «han bebido alcohol».
«En los últimos meses hemos podido constatar que la rampa pública de Sant Joan de Déu se vienen produciendo hechos presuntamente irregulares que ponen en riesgo la integridad física y la seguridad de usuarios de las diferentes actividades que se realizan en la zona de baño del litoral de Cala Gamba, además de otros inconvenientes», señalan entidades y afectados por la actividad de las motos náuticas.
Varias empresas de alquiler de estos vehículos acuáticos están haciendo uso de esta rampa, que los afectados advierten que es de uso para pequeñas embarcaciones que pagan un tasa anual. Las compañías traen clientes de Platja de Palma y, tras haber ingerido alcohol, denuncian, realizan maniobras peligrosas que ponen en peligro a bañistas y navegantes.
«La distancia de seguridad debería ser de 200 metros respecto a la costa pero están apenas a treinta», advirtió Joan Forteza, presidente de la Associació de Veïns del Coll d'en Rebassa. Además, no respetan las balizacoines, por lo que entran en la zona de baño.
«Circulan de manera irresponsable a velocidades excesivas y con maniobras inadecuadas, hasta el punto de poner en peligro la seguridad de los bañistas, de los alumnos del Club Naútico de Cala Gamba que realizan actividades náuticas de vela, piragua y paddle surf, así como de los pacientes del Hospital de Sant Joan de Déu, que realizan terapias de rehabilitación en el medio acuático, autorizadas por el Institut Mallorquí d'Afers Socials», denunciaron.
Numerosos videos y fotografías recogidas por vecinos y usuarios de la zona evidencian las prácticas temerarias de los conductores de las motos naúticas. «Estas maniobras parecen más competiciones de velocidad que navegación de ocio. Suponen una contaminación acústica continua que perjudica a los pacienes ingresados en el hospial y a los vecinos residentes de la cala, perturbando gravemente su derecho al descanso».
Asimismo, advierten que la ocupación de la entrada de la rampa por parte de coches y furgonetas qe remolcan las embarcaciones hacen que se colapse el paseo de Cala Gamba, impidiendo el acceso de pacientes, familiares, ambulancias y trabajadores del hospital, así como a vecinos de las viviendas. Los afectados denunciaron que las empresas que se lucran con esta actividad «carecen de licencia» y han denunciado los hechos a Ajuntament de Palma, Capitanía Marítima, Guarcia Civil y Demarcación de Costas.
Por este motivo reclaman bloquear el acceso a la rampa con barreras de hormigón para impedir el acceso a las motos naúticas, abalizar desde la rampa hasta el mar un canal de entrada y salida para señalizar el rumbo de embarcaciones y motos naúticas, instalar un panel informativo con normas de utilización de la rampa y la zona de baño, así como regular la actividad económica lucrativa que desarrollan diferentes empresas y personas sobre la rampa ubicada en un espacio público, de manera «presuntamente ilegal, con total permisividad y sin nigún tipo de control administrativo ni policial».