Los vecinos de Son Cladera alzan la voz. El paso de la borrasca que causó numerosos desperfectos en Palma y otras zonas de Mallorca el pasado domingo ha ahondado en la situación crítica que vive la estación del tren del barrio palmesano, junto a es Viver. La novedad radica en el desprendimiento de la barandilla de la pasarela que cruza de un lado al otro, causando una situación de franco peligro. «Están pidiendo a gritos que haya una desgracia, que alguien suba y se caiga a las vías o toque los cables eléctricos. Y como siempre dirán que nadie había avisado», afirman fuentes de la asociación vecinal.
Los problemas en la estación ferroviaria de Son Cladera vienen de lejos. «Llevamos años quejándonos de su falta de mantenimiento y de que es imposible la utilización de la pasarela para la gente mayor, personas con carros de bebé o con discapacidad, ya que los ascensores llevan meses averiados por no decir desde el año pasado. Ahora no hay ni barandilla y pretenden que con esas vallas de plástico no cruce nadie».
La Asociación de Vecinos de Son Cladera ha mantenido contactos, tanto con el anterior equipo de gobierno en Cort como con el actual, con un resultado similar a juzgar por la situación que evidencia la infraestructura. Mientras tanto, la preocupación de los residentes va en aumento a pesar de los gestos de los políticos. Precisamente este pasado lunes la consellera autonómica de Vivienda, Territorio y Movilidad, Marta Vidal, se desplazó hasta la estación damnificada por el temporal y «olvidada» por las instituciones según denuncian los propios vecinos.
En este contexto, Vidal confirmó que la previsión es que los trabajos para solventar los desperfectos causados por el temporal se alarguen durante quince días. No obstante, aseguró que el Govern dará un impulso al mantenimiento de la estación de Son Cladera y es Viver, algo que englobaría también la reparación de los ascensores.
Pero los vecinos no quieren que se reparen los elevadores, puesto que se estropean cada pocos días y son más partidarios de su eliminación, optando por una solución alternativa como pudiera ser un paso soterrado. Según aseguró la consellera ante los periodistas, existe consenso con el Ajuntament de Palma –a quien compete la conservación de la estación–, y añadió que lo que realmente interesa a los ciudadanos es que se dé respuesta a sus problemas. Ahora solo falta que las promesas se conviertan en realidad, y así se apacigüe al fin la intranquilidad de los vecinos de la zona.