El Ajuntament de Palma corta el grifo a las batallas acuáticas de Canamunt y Canavall, así como al resto de fiestas con agua de las diferentes barriadas. La situación de prealerta de sequía ha motivado que Cort deje de suministrar agua para estas celebraciones ciudadanas. Las fiestas afectadas son los castillos hinchables de Plaza Patines (que se han anulado), la fiesta de la espuma de Rafal Nou, la batalla de agua con pistola entre Son Roca, La Vileta y Son Rapinya, así como las populares peleas acuáticas del barrio de Canamunt y Son Cladera. La opción pasa por anular o contratar ellos mismos un camión de agua para garantizar la fiesta de la que disfrutan miles de vecinos de todos los barrios de Palma.
En el caso de la batalla de Canamunt y Canavall, este miércoles conocieron la decisión del Consistorio. «Es la primera vez que no nos darán agua y lo entendemos por la situación actual, pero nos buscaremos la vida», declaró Laura Velilla, una de las organizadoras de la batalla de Canamunt y Canavall e integrante del colectivo Orgull Llonguet. Desde la organización, no obstante, advierten de que «mientras se estén llenando piscinas y campos de golf, nosotros seguiremos organizando la fiesta, que es una celebración abierta a todo el mundo».
Cada año el Ajuntament aportaba 18.000 litros de agua para la batalla ciudadana, que se lleva celebrando de manera ininterrumpida desde 2016 y se ha convertido en una de las grandes fiestas de la ciudad. Los camiones de Emaya rellenaban las diferentes piscinas repartidas en el Parc de la Mar para que los participantes pudieran rellenar sus pistolas de agua.
Organizada por Orgull Llonguet, la fiesta se financia gracias a la autogestión, con los fondos que se recaudan de la venta de camisetas y las consumiciones en la fiesta. «Ya hemos entregado el proyecto del evento al Ajuntament y aún no tenemos el aprobado definitivo, pero ya nos han dicho que se podrá celebrar sin problema», explicó Velilla.
«Fiesta habrá. Todavía no sabemos cómo lo haremos, pero algo se nos ocurrirá. Ahora mismo no están dando agua a nadie», dicen desde la organización. Ahora toca buscar una alternativa para hidratar esta celebración que congrega cada año a miles de ciudadanos.
Fuentes municipales señalaron que «desde Emaya lo único que se hace es atender a la exigencia de Recursos Hidricos del Govern balear, que ha pedido ahorrar el máximo de agua al estar en situación de preemergencia por sequía». Una justificación que no contenta a los representantes de los vecinos, que insisten en que se siguen regando campos de golf y se siguen llenando piscinas.
La Federació d'Associacions de Veïns mostró su malestar al alcalde de Palma, Jaime Martínez, por la negativa de aportar agua de Emaya para las fiestas vecinales. «Están obligando a comprar un camión de agua del cual se usará solo una parte. El resto tendrá qe tirarse porque los camiones no pueden circular a media carga por seguridad. Tampoco parece adecuado que el recorte recaiga sobre la actividad ciudadana, mientras en zonas turísticas se consume agua en cantidades muy superiores a las que piden los vecinos», dice la Federació.