La «falta de previsión o de compromiso» del Ministerio de Transporte y Agenda Urbana, que adquirió los terrenos de Son Busquets para, en colaboración con el Ajuntament de Palma, construir más de 800 viviendas sociales en el antiguo cuartel hace que las instalaciones lleven sin vigilancia varias semanas y que ya se empiecen a detectar signos de okupación en las instalaciones.
Así lo ha denunciado el presidente del Sindicato Independiente Espartano de Seguridad, SIES, Sebastián Oliver, que conoce bien el cuartel porque, en diferentes épocas desde que se cerró hace 17 años, ha estado desarrollando labores de vigilancia allí. Ahora, después de que el Ministerio de Defensa traspasará el solar, de casi 111.000 metros cuadrados, a la Entidad Estatal del Suelo, SEPES, por una cantidad cercana a los 43 millones de euros, los nuevos propietarios ya anunciaron a los anteriores profesionales que no continuarían con el servicio. De hecho, según comenta Oliver, las primeras noticias fueron que las instalaciones ya no tendrían más vigilancia aunque hace unos días, el pasado 4 de mayo, se publicó el BOE la licitación para contratar un servicio de vigilancia de 24 horas. «El ministerio de Transportes ha rectificado y, finalmente, sí que habrá vigilancia pero esta no llegará hasta que se resuelva el pliego y esto no será hasta dentro, como mínimo, de tres meses», asegura el sindicalista que también remarca que la vigilancia en este periodo se solventará con tres patrullas puntuales al día «lo que es claramente insuficiente».
Mientras tanto el antiguo cuartel, asegura, se puede convertir «en un nido de okupas, drogadictos y chavales que entran para hacer botellón». De hecho, según remarca Oliver, hace unos días que fueron a recoger sus taquillas y ya vieron a tres personas saltándose la valla, «no hicimos nada porque ya no trabajamos allí, pero es un ejemplo de lo que puede pasar cuando el solar se queda sin vigilancia permanente». El profesional recuerda las numerosas intervenciones que han hecho a lo largo de estos años cuando, por ejemplo, «hemos tenido que sacar diariamente a okupas y drogadictos», cuando tuvieron que desalojar «a diez jóvenes que querían hacer un botellón dentro» o aquella vez que, sabiendo que se había colado un okupa, «tardamos cuatro días en encontrarlo porque hay un montón de pabellones e instalaciones bajo tierra, como las galerías de tiro o las lavanderías».
El presidente del sindicato SIES critica la dejadez de las autoridades, «a las que parece que le interesa degradar el espacio como ya pasó con la antigua cárcel de Palma o las galerías Velázquez» y denuncia que el cuartel se convertirá «en un gueto» donde habrá un alto riesgo de problemas. «En los últimos años hemos tenido que avisar de dos incendios que no han ido a mayores gracias a la rapidez de las actuaciones. Si ahora nadie vigila, quién avisará si ocurre alguna desgracia?», se pregunta. Asimismo, además de criticar que se despida a seis vigilantes, Oliver asegura que si, los okupas se asientan en el lugar, «será imposible sacarlos de allí debido a la nueva ley de la vivienda».