El Paseo Marítimo está en plena transformación pero la obra de la Autoritat Portuària de Balears (APB) no es la única que está revolucionando la zona. El Club de Mar inició sus obras de reforma en mayo de 2020 y confía en estar listo para el verano del año que viene. Su director, José Luis Arrom, encara la cuenta atrás de la transformación de este espacio que se abrirá a la ciudad aunque «siempre ha sido de acceso público». Ya se van adivinando los usos de los nuevos edificios, que están generando mucha expectación. «Habrá una discoteca al estilo del Lío de Pachá, con restaurante donde luego se podrá tomar copas y un pista de baile. Cambiará el concepto y se podrá hacer tardeo», cuenta Arrom.
Para llevar las riendas de la cocina del restaurante principal «buscamos a un chef de referencia, no sé si de estrellas Michelín». Aunque estuvo en conversaciones con Martín Berasategui, que abrió después el Txoko y tiene a punto el Hit, reconoce que «tenemos muchas ofertas. Buscamos a alguien de renombre. Si es mallorquín será perfecto».
Expectación
También habrá una cafetería, «cederemos la explotación» y advierte que «huimos del concepto de centro comercial y de zona de copas como el Maremágnum de Barcelona». El casi medio centenar de locales con los que contará el nuevo Club de Mar tienen superficies de hasta 300 metros cuadrados. «Buscamos algo más de oferta complementaria que no sean solo brokers ni servicios para barcos. Ampliamos la oferta, huyendo de las copas y los bares y ya está confirmado que habrá un Supercor donde se pueda comprar el pan».
La expectación es tal que tienen más de 200 solicitudes para llenar esos locales, entre los que hay pretendientes «de primer nivel. Están interesados joyerías, zapaterías, heladerías, consultas médicas, ropa o lencería. Pero esto no es un centro comercial. Nuestro objetivo es que sea un Jaime III en todo su esplendor: pocas tiendas y buenas». Primeras marcas internacionales han aparecido camufladas por el Club de Mar para hacerse un hueco pero aún se están barajando las ofertas.
Mientras tanto, la expectación en el sector náutico está desbordada. Quizás ayude que el nuevo Club de Mar tendrá capacidad para embarcaciones de hasta 170 metros de eslora. «El año pasado vino el barco de la Familia Real qatarí, que tiene 168 metros de eslora», dice Arrom.
Con las nuevas marinas, «contribuiremos a que Palma sea mucho más atractiva para estos barcos. Les encanta Balears y hay una oferta complementaria para este tipo de pasaje, el luxury. Ahora mismo se están construyendo en todo el mundo alrededor de medio centenar de embarcaciones con esloras superiores a 45 metros», explica el director del Club de Mar. Una vez finalizadas las obras, Palma será el destino ideal para estas embarcaciones. «El año 2024 será un gran año», vaticina Arrom.
Mientras tanto, prosiguen las obras del Paseo Marítimo a unos pocos metros. Antoni Ginard, jefe del área de Planificación e Infraestructuras en la APB, advierte que «tenemos mucha interacción con los sectores afectados por las obras. Intentamos que afecten lo menos posible a los establecimientos». Ginard advierte que se han ido adaptando a las peticiones de los empresarios de la zona, como la habilitación de más zonas y descargas o nuevas zonas de aparcamiento» con junto al Oceanogràfic o el solar de CLH, ya en marcha.
La prueba de fuego llega ahora con la presentación mundial de todos los coches eléctricos de Mercedes Benz, que supondrá 20.000 estancias hoteleras solo en el Paseo Marítimo. «Los establecimientos nos han pedido que la cargada y descarga de huéspedes sea fluida. Mantenemos un diálogo positivo que facilita la actividad y hacemos todo lo posible. Estamos volcados en hacer las obras y que sean compatibles con la explotación de los locales», aunque Ginard aceptó que «es una época complicada».
Ginard advierte que muchos empresarios del Paseo Marítimo están aprovechando las obras para remodelar sus establecimientos. «Estas obras supondrán una revalorización muy importante del suelo y de la actividad. Y todo apunta a que esta obra supondrá la mejora de toda la actividad».
El responsable de las obras de la APB cita la próxima apertura de la discoteca Lío, las obras del centro deportivo de s'Aigo Dolça, la conexión entre la plaza Gomila y la discoteca Lío llevadas a cabo por Meliá o el incremento de accesos desde el Terreno al marítimo. «Incluso el centro comercial Porto Pí diseñó sus nuevos accesos al centro comercial compatibles con la ampliación de la acera», explicó Antoni Ginard.
Cambios
La discoteca Social Club permanece abierta y a la espera de su expropiación, aunque «están en fase de alegaciones y hemos tenido que retrasar las obras en esta zona». El puente de Bahía Mediterráneo, que sirvió en los 60 como embarcadero y actuaba como una bajada al mar, también desaparecerá después de su expropiación. Incluso el del acceso del Muelle de Paraires, «que se llevará a cabo al final de la obra. Llevará una contratación a parte y coincidirá con la última parte de la reforma del Marítim», que calcula que será para mediados del año que viene.
Las fechas coinciden con la finalización del proyecto del Club de Mar, lo que induce a pensar que las inauguraciones tendrían lugar casi al mismo tiempo. Finalizaría así un proyecto del que se empezó a hablar en 2017 y que ha supuesto un largo proceso. El 18 de noviembre de 2022 empezaron las obras de estos 3,5 kilómetros estratégicos junto al mar.