El nuevo Paseo Marítimo de Palma convertirá al peatón en el protagonista de este espacio. Si hasta ahora el viandante ocupa el 30 por ciento de esta zona, cuando acabe su remodelación se hará con el 40 por ciento. El vehículo, que hasta ahora cuenta con el 60 por ciento del espacio, tras las obras se quedará solo con el 35 por ciento. El carril bici pasará del 2 al 5 por ciento de ocupación. Y las zonas verdes pasarán del 8 al 20 por ciento del espacio. Se convertirá, entonces, en una nueva zona de paseo. «Será el nuevo Molinar», dijo el alcalde de Palma, José Hila. «Pasará de ser una autopista a un paseo», añadió la presidenta del Govern balear, Francina Armengol.
Las aceras de la zona más alejada del mar, que hasta ahora cuentan con una anchura que oscila entre los dos metros y medio y los cinco, pasarán a tener una amplitud de entre cinco y diez metros. El objetivo es que se compatibilicen los usos de terrazas (que no ampliarán su espacio), zonas verdes, aparcamiento, paradas de autobús o contenedores sin que interfieran con el peatón. El paseo contará con dos carriles de circulación por cada sentido, con 64.300 metros cuadrados de asfalto, frente a los 107.000 metros cuadrados de asfalto y una tasa actual de ocupación del 60 por ciento.
Apenas habrá cambios en la densidad del tráfico ya que desde el Ajuntament de Palma recuerdan que hace más de dos años se redujo un carril la circulación y ya están operativos los dos carriles de circulación del proyecto. Además, se mantendrá segregado el carril bici. En el proyecto del nuevo Paseo Marítimo se mantendrán las líneas y paradas de transporte público así como las paradas. Con la remodelación se mejorarán las condiciones de espacio y espera con marquesinas nuevas. El carril bici, por otro lado, contará con cinco puntos nuevos de estacionamiento y una longitud de 3,5 kilómetros.