El comedor del CEIP Marian Aguiló albergó ayer por la mañana un buen puñado de niños hambrientos pero por la tarde y pese a la lluvia, se convirtió en una nutrida asamblea con palmesanos sedientos de información, preocupados por la economía. Casi ningún barrio se libra de la resaca de la pospandemia ni es ajeno a una inflación galopante, alimentada por la guerra. A miles de kilómetros de distancia de Ucrania, los vecinos de Palma bombardeaban con preguntas a la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, y al alcalde de Palma, José Hila, que acompañados de consellers y concejales, daban cuenta de las medidas de protección social para este invierno. Tras una hora de discurso en el que se iban desgranando todas las ayudas para los desprotegidos, pero también para una aterida clase media, zarandeada por la subida de los precios y del euríbor, llegó la primera pregunta: «Nos preocupa el acceso a las ayudas, ¿cómo sabremos de ellas si no es a través de las redes sociales? ¿Cómo salvar la brecha digital?».
La respuesta fue rápida: hay información en Internet, pero también telefónica y presencial. Los teléfonos 010 y 012 informan a los ciudadanos de las ayudas, igual que los casales de Son Gotleu, Santa Catalina y Escorxador. Josefa Vacas, presidenta de la Asociación de Vecinos de Son Cotoner, está en la primera línea de las cuitas vecinales: «Nos llaman, vienen a vernos. Somos un barrio de trabajadores mileuristas donde los alquileres cuestan 1.200 euros». Algunos vecinos incluso llevaban las solicitudes de ayudas y se las entregaban en mano a la concejala de Infraestructures, Angélica Pastor, aunque no fuese su negociado.
«Quería saber si los edificios de Son Roca tendrán ayudas para su rehabilitación. Ya han cumplido medio siglo y muchos vivimos de la hostelería», contaba Toni García, de la Associació de Veïns de Son Roca Nova. «La crisis nos está afectando mucho pero en Naüm ayudan a los vecinos a tramitar ayudas», añadió.
Salvador Maimó, presidente de la asociación de es Fortí, incidió en la elevada edad de los residentes de su barrio y las barreras tecnológicas (y físicas) que sufren, mientras que Francisco Bonnín, de Son Dameto, dijo que «hay que dar ayudas, pero no generalizadas. Los salarios no permiten cubrir la subida brutal de los precios». Transporte gratuito, pago de escoletas de 2-3 años, vales comercio, ayudas para estudiantes, desempleados y jóvenes en busca de techo, subvención de actividades extraescolares... Hoy se celebrará un nuevo encuentro entre políticos y vecinos en el CEIP Jafudà Cresques a las 18.30 horas.