El tanque de tormentas de Palma ya está operativo y a partir de ahora se evitarán el 90 por ciento de los vertidos que obligan a cerrar las playas del municipio, ya que la instalación tiene capacidad para almacenar 50.000 metros cúbicos de aguas pluviales que, una vez depuradas, se destinarán al riego de la zona del Pla de Sant Jordi.
La presidenta del Govern, Francina Armengol; el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir; el alcalde de Palma, José Hila; el regidor de Medi Ambient y presidente de Emaya, Ramón Perpinyà, y diversas autoridades y regidores visitaron la instalación que ha costado 27 millones de euros y que han sido financiados con el canon de saneamiento del Ejecutivo autonómico.
Durante los últimos meses, aparte del citado tanque de tormenta, los trabajos han consistido en la construcción e instalación de una bomba impulsora y de la canalización, de tres kilómetros de longitud, que parte de la avenida Gabriel Alomar y acaban en los terrenos donde se ubicará la nueva depuradora, que empezará a construirse en unos diez meses, tendrá mucha más capacidad que la actual y costará 118 millones de euros.
Armengol destacó la importancia del nuevo tanque de tormentas para evitar el cierre de playas, calificó las obras de «absolutamente necesarias» y remarcó la colaboración que ha habido entre las diferentes administraciones para llevar a cabo el proyecto. La presidenta, en este sentido, recordó que gracias al canon de saneamiento se han desarrollado obras en todas las Islas por valor de 420 millones en los últimos años y que todos los proyectos han estado dirigidos a inversiones hídricas, «cosa que antes no sucedía».
Por su parte, el alcalde de Palma destacó que la nueva instalación «forma parte de la transformación de Palma que ya está en marcha, estamos construyendo la ciudad del futuro», remarcó que se trata de una de las actuaciones que, «aunque parezca invisible, es una de las más importantes que se ha hecho en el municipio en los últimos años» y agradeció la voluntad y la colaboración del Govern balear ya que, por su envergadura, «Cort no hubiera podido hacerlo solo».
El conseller de Medi Ambient también destacó «el coraje y valentía» de afrontar una obra» que resuelve un problema, como es el de los vertidos, que se arrastraba desde hace años« y afirmó, al igual que el resto, que el proceso «ha sido un ejemplo de colaboración».